Subsanar injusticias
Con motivo de haber sido nombrado vocal del Consejo del Poder Judicial, el pasado viernes se celebró un banquete homenaje en honor del titular de un juzgado de los de esta ciudad. A pesar de que este funcionario llevaba escasamente cinco meses entre nosotros, estimo que el homenaje ha sido muy merecido, pues se trata de un hombre encantador con unas cualidades profesionales y humanas fuera de lo corriente. Desde aquí mi enhorabuena y mis respetos a este funcionario.Ahora bien, hace dos meses, en ese mismo juzgado, se jubiló un oficial después de casi 40 años de dejarse día a día la piel en el desempeño de su función. Todos los que hemos tenido contacto directo con él sabemos de su extraordinaria competencia y su tierno corazón bajo ese aspecto un tanto áspero que todos vamos adquiriendo a través de años y anos ocupando puestos de tanta conflictividad y desgaste.
Para este humilde funcionario no ha habido homenaje ni acto alguno de despedida.
Soy radical y apasionado y estoy acostumbrado a decir lo que pienso. Y pienso, al igual que Martin Luther King, que la injusticia, en cualquier parte que se cometa, constituye una amenaz para la justicia en todas partes.
Pienso también que la injusticia tiene que exponerse a la luz
Pasa a la página siguiente
Viene de la página anterior
de la conciencia de los hombres y al aire de la opinión pública, si es que existe el deseo de subsanarla.
Y mientras se subsana esta grave injusticia, yo desde estas líneas, querido compañero, quiero rendirte mi particular homenaje y te doy las gracias por toda una vida dedicada a una buena causa.
A los responsables del desaguisado, mi desprecio más absoluto.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.