Acierto de Pujol
Pertenezco a un grupo de una generación al que, entre otras características difusas, se le puede atribuir la de leer EL PAIS diariamente desde el primer día de su salida. Sin embargo es la primera vez que le envío una carta. Ésta viene motivada por la extraordinaria ingenuidad de su editorial del pasado día 8, bajo el título Acierto de Pujol. Ingenuidad mucho más sorprendente, cuando uno acaba de leer, tan sólo hace algún día, en su mismo periódico una excelente exposición del significado absolutista del llamado "Programa 2.000" de Jordi Pujol (CiU o Gobierno catalán), y aún más sorprendente a la vista de los datos que, en el mismo día de hoy, aporta su periódico en la página 26 por pluma de José Antich, desde Barcelona.Parece no tener presente su editorial que el documento, con el que se pretende abiertamente manipular a las instituciones, nació (hace ya dos años) a partir de unas notas personales del propio presidente Pujol, el cual las repartiría personalmente a los miembros de su Gabinete en dos ocasiones (agosto del 89 y septiembre del 90), así como a su socio electoral Unió Democrática, para propuestas de enmiendas.
Resulta enternecedor, pero ingenuo, calificar de "acierto de Pujol" la mascarada (si no fuera una mascarada de imagen sería patética) consistente en la desautorización, como siempre ambigua "entre el grano y la paja", por parte del presidente de este "documento de trabajo programático" que él mismo ha engendrado.
Más ingenuas resultan las "dos tareas por cumplir", que señala su editorial. Porque si los "funcionarios ideológicos" responsables del documento y sus contenidos totalitarios no deben seguir en sus funciones, el que tendría que irse es, evidentemente, el señor Pujol. De otra forma, desde luego, no se irá nadie. Y sólo las urnas podrán determinar cuándo ha de irse, cuándo su "proyecto político" ha caducado. Con que de medidas administrativas, nada de nada.
Respecto a la segunda tarea: "Que nadie en el partido ni en el Administración que encabeza Pujol se sienta ahora tentado a aplicar en la práctica lo que su líder conviene en rechazar en la doctrina", ahora puedo asegurarle que hace ya varios años que esa "tentación" es aplicada en la práctica, sobre el conjunto de la sociedad catalana, y es tema habitual de conversación en muchas tertulias, especialmente entre los sectores claves señalados en el documento: sector empresarial, medios de comunicación y educativos, así como en todo el ámbito funcionarial, por no hablar del cultural.
Cuando un grupo de amigos comentábamos el documento, lo hacíamos como una pura constatación de lo ya conocido y tantas veces comentado. Nada era nuevo: ni la "recatalanización" por métodos políticos totalitarios, ni la manipulación de las instituciones, ni el control ideológico en la Administración, ni la interferencia en las directivas de los colegios profesionales, o cualquier núcleo de poder en Cataluña. Lo de la "infiltración nacionalista para controlar la sociedad catalana" no es nada nuevo, aunque ahora salga a la luz con este documento.
Eso sí, aquello de estimular la natalidad de "catalanes" dentro del mismo marco nacionalizador sí nos sorprendió, aunque esperamos que su contrapartida freudiana (estimular la esterilización de los no "suficientemente" nacionalistas) no aparezca en un próximo documento interno, que Pujol tenga que desautorizar de nuevo, para ser por ello aplaudido en su editorial. El documento tiene de bueno que ha servido para levantar el polvo del escándalo y los análisis críticos, y eso puede ser útil para que toda la sociedad catalana (sectores nacionalistas incluidos) reflexionemos sobre nuestra realidad, sobre lo que aquí está pasando.
Es preciso hacerlo, porque se perciben síntomas de asfixia que se corresponden con la visión asfixiante de esta comunidad que muestra el documento, es decir, Pujol y CiU, nuestros gobernantes.- Jesús María Gómez García.
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