El Banco de España pronostica el fin del ciclo económico alcista de los últimos cinco años
Los datos de la central de balances del Banco de España muestran que en 1989 "se produjo una quiebra en la trayectoria de mejora de la situación de las empresas" según señaló ayer el gobernador, Mariano Rubio, durante la presentación de este resumen de la situación empresarial española. A su juicio, "esta ruptura se hace patente en la caída de las tasa de actividad, rentabilidad y autofinanciación de las empresas, que ha originado, a su vez, un mayor endeudamiento y un aumento significativo de los gastos financieros". Rubio aseguró que esta tendencia se agudizará a lo largo de éste y del próximo año.
Un buen ejemplo del cambio de situación que han experimentado las empresas españolas es que en 1989, por primera vez desde 1985, las sociedades que facilitan sus datos a la central de balances del Banco de España pasan de ser ahorradoras netas a endeudarse para cubrir sus inversiones. En concreto, el conjunto de empresas de la central de balances tuvo una necesidad de financiación de cerca de 300.000 millones de pesetas en 1989, mientras que en el trienio anterior esas empresas tuvieron una capacidad de financiación (un ahorro) de unos 200.000 millones de pesetas.El excedente bruto de explotación, como medida de los resultados de las empresas, creció en 1989 a la tasa más baja de todo el periodo analizado por la central de balances del Banco de España (1982-1989). Ese excedente creció sólo un 3,5%, frente al 13,5% de 1988 o el 20% del ejercicio anterior, que fue el momento de mayor expansión.
Los más grave de esta situación, en opinión del gobernador, es que Ios datos disponibles sobre la evolución de las empresas españolas en 1990, no sólo confirman la trayectoria apuntada por sus resultados en 1989, sino que la acentúan".
Salarios
Mariano Rubio -que realizó la presentación de los datos de la central de balances en el tradicional almuerzo organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) al que suelen acudir destacados banqueros y empresarios- responsabilizó a los salarios del rumbo que están tomando los resultados de las empresas. En su opinión, "Ia presión de los costes se traduce en reducción de márgenes empresariales, en sustitución de producción interna por importaciones y en dificultad de exportar".A lo largo de 1989, "Ia desaceleración del producto de las empresas no se debió a un menor aumento de las ventas sino al fuerte crecimiento de los consumos intermedios, en particular los procedentes de la importación". Según este análisis, las empresas han reaccionado a la subida de los costes laborales con una sustitución desde producción propia hacia importaciones de productos intermedios. Las consecuencias finales de este aumento "demasiado rápido" de los salarios, al reducir los beneficios empresariales, "no pueden ser otras que la caída del ritmo de la inversión y de creación de empleo".
Tras diseñar este panorama, Rubio rechazó cualquier posibilidad de relajar la política monetaria. A su juicio, eso "sería un profundo error que pagaríamos muy caro". El precio de ese error sería "una mayor inflación y un menor crecimiento, seguidos en poco tiempo de una crisis en nuestra balanza de pagos que obligaría a tomar medidas de emergencia". La conclusión del gobernardor es que "la estabilidad es imprescindible para colocarnos en una senda de crecimiento sostenible". Por este motivo aseguró: "no creo que puedan bajarse los tipos de interés hasta que cambie la tendencia de la inflación".
Por otra parte, y ya en el turno de preguntas, el gobernador comentó los avances para la elaboración de los estatutos del banco central europeo (o Sistema Europeo de Bancos Centrales, SEBC). Los gobernadores de los Doce aprobaron el martes en Basilea un borrador de estatutos del SEBC en el que se defienden dos principios básicos: la independencia del banco de los poderes políticos y la subsidiariedad. El principio de subsidiariedad implica que el SEBC sólo adoptará las decisiones que no puedan desarrollar los bancos centrales de cada país, es decir, todos los asuntos que puedan resolverse a nivel nacional no necesitarán de la decisión comunitaria.
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