Un hombre degüella a su mujer antes de que ingresase en una clínica para abortar
Un egipcio degolló a su mujer, a primeras horas de la madrugada de ayer, en su domicilio de la calle de Santander, en la localidad madrileña de Móstoles. El parricida, que posteriormente se entregó voluntariamente a la policía, ha declarado que cometió el crimen en el curso de una discusión sostenida con su cónyuge, que estaba embarazada, porque ésta pretendía ingresar ayer mismo en una clínica para someterse a un aborto.
Mustafá Kotb El Sanafawy, nacido hace 34 años en la ciudad egipcia de Saja Kafrelchel, mantenía desde hace un mes fuertes discusiones con Emilia Sánchez Domínguez, de 31 años, natural de Cartagena (Murcia). Ambos se habían casado el pasado 10 de agosto en la localidad madrileña de Móstoles, donde habían establecido su domicilio en el número 15 de la calle de Santander.
El motivo de las disputas conyugales era que Emilia estaba embarazada de tres meses y pretendía abortar, mientras que Mustafá se negaba a tal pretensión, ya que deseaba tener el hijo. La mujer, sin embargo, estaba resuelta a interrumpir su embarazado y ya tenía todo arreglado para ingresar ayer mismo en un centro médico.
El homicida, que trabajaba como camarero en un restaurante chino de la calle de Bécquer, declaró en la comisaría de Móstoles que a últimas horas de la noche del lunes se encontraba adormilado en un sofá de su vivienda y que, al despertar, comprobó que sangraba por los brazos y que su mujer pretendía clavarle un cuchillo. Según su versión, él le arrebató el arma y se entabló una reyerta, en cuyo transcurso asestó a Emilia varios cortes, uno de ellos en la garganta, que le causaron la muerte.
Fuentes policiales, sin embargo, sospechan que el homicida atacó a su esposa durante una discusión. Le asestó varios cortes en el cuerpo y uno de ellos, de 10 centímetros de longitud, le seccionó la arteria carótida y la yugular, causándole una hemorragia incontenible.
Tras el crimen, Mustafá telefoneó a su hermano, que es propietario del restaurante Las Pirámides de Móstoles, y le confesó su acción. Después despertó al pequeño Fernando, de cuatro años, fruto del primer matrimonio de Emilia Sánchez, y bajó al portal en espera de la llegada de su hermano. Paralelamente, arrojó a los cubos de la basura el cuchillo empleado en el parricidio.
Cuando el hermano de Mustafá, que vive en Madrid, llegó al portal de la calle de Santander, se lo encontró con el niño en brazos e inicialmente se resistió a creer lo que oía. Pero subió a la casa y comprobó que Emilia, vestida con un pijama, estaba desangrada y que las paredes estaban teñidas de rojo.
Segundo aborto
Ambos hombres se encaminaron a la comisaría, pero al llegar a la confluencia de las calles de Cristo con Dos de Mayo se encontraron con unos policías y les contaron lo ocurrido.
Emilia Sánchez, divorciada de su primer marido, trabajaba como cocinera en un restaurante indio cercano a la calle de Arturo Soria, en Madrid. Había abortado en mayo pasado con unas píldoras adquiridas en una farmacia. Aquello ocasionó un grave disgusto a Mustafá, con el que convivía desde el pasado mes de enero. Ahora se hallaba embarazada de tres meses y tenía previsto someterse ayer mismo a un nuevo aborto en un hospital.
El homicida llevaba en Madrid varios años y actualmente estaba tramitando la nacionalización española. Su hermano, casado con una española y reside en la capital desde hace ocho años, fue víctima de una desgracia familiar en agosto de 1988, al perder a uno de sus hijos en el incendio de su casa de la calle de Pintor El Greco.
El arma del crimen no ha sido recuperada, ya que poco después de ser arrojada por Mustafá en los cubos de basura éstos fueron recogidos por los servicios de limpieza. Tales detritos son tratados en un vertedero de Leganés y posteriormente en otra planta de Pinto, por lo que su localización resulta "imposible", según la policía.
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