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EL 32º CONGRESO DEL P.S.O.E.

Felipe González, “También se puede morir de éxito”

Álex Grijelmo

Felipe González, que ha cumplido ya 16 años como secretario general del PSOE, apenas se refirió ayer en su discurso de apertura del 32º congreso del partido a la gestión de su ejecutiva, y dedicó casi por entero las dos horas a exponer sus ideas sobre la transformación de Europa y del mundo actual. En la parte final de su intervención dejó, no obstante, una frase para colgar en la historia del pensamiento del partido socialista: “También se puede morir de éxito”. González quería preparar así a los 871 delegados, y a los 262.900 militantes que representan, ante la necesidad de afrontar una transformación en las ideas y la renovación del proyecto del partido.

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“Este partido tiene que continuar siendo flexible, tiene que abrir sus filas para representar a la mayoría de la sociedad. Este partido no se puede dormir en los laureles. También se puede morir de éxito. Hemos de trabajar por un proyecto que necesita renovarse”, destacó el líder socialista. Recordó tres veces el congreso de 1979, que aprobó el abandono del marxismo, y anunció que aún deben producirse más transformaciones. “No podemos creer que el éxito permanecerá sin que se renueve nuestra capacidad de análisis”.

González consumió la primera hora repasando la historia de Europa desde la II Guerra Mundial. Se refirió al nazismo, el enfrentamiento entre dos mundos, el equilibrio del terror, la guerra fría, la coexistencia pacífica, la caída del muro de Berlín y de los regímenes comunistas.

Resumió sus ideas con una frase del escritor Octavio Paz: "El hecho de que la respuesta comunista haya fracasado no quiere decir que las preguntas hayan desaparecido". El secretario del PSOE explicó que las preguntas se mantienen y que "en alguna sociedad se ha avanzado más por responder a esas preguntas que dan base al socialismo democrático". "El hecho de que haya fracasado esa respuesta", prosiguió, "no significa que haya que desistir en la lucha contra las preguntas, y los socialistas hemos estado en la posición correcta para responderlas".

González fue descendiendo de los planteamientos generales al terreno de lo concreto cuando llevaba ya 60 minutos ante el micrófono. Le sirvió de paracaídas para esa transición la comparación entre la antigua división de la izquierda y la situación que puede darse actualmente. Recordó la oposición entre el Estado propietario y la economía libre de mercado, entre la dictadura del proletariado y la democracia como ahora se entiende. ¿Cuál de esos elementos permite hoy justificar la división de la izquierda?, se preguntó. “La perestroika”, continuó, “significa reforma, la palabra maldita durante tantos años, asumida ahora por todos. Nosotros también debemos tener una actitud abierta. No hay que pasar facturas de nada. La historia es lo que es. No tenemos ningún afán de absorción; queremos que se nos identifique con una cierta de diálogo”. En este sentido, destacó que los socialistas deben tener una actitud “abierta” ante los comunistas.

Integración de liberales

Pero González defendió especialmente la integración de liberales en las filas socialistas, para que cooperen en el proyecto político del PSOE. “Soy socialista a fuer de liberal”, señaló el líder socialista recordando esa cita de Indalecio Prieto.

Así llegó el secretario general a lo que él mismo denominó “terreno espinoso”. Y empezó con un aviso de lo que sería la segunda parte de su exposición: “La crisis de los modelos nos va a obligar a revisar nuestros propios conceptos”. Y empezó por defender la economía de mercado, algo que, como la perestroika, también habría resultado impensable en otra época. “Llevamos ocho años gobernando”, recordó. “¿Y qué hemos hecho? Pues, sencillamente, el mayor proceso de liberalización económica que ha habido en nuestro país. ¿Contradice esto mis convicciones socialistas? Mi opinión es que no. Nuestro discurso debe ser capaz de integrar (lo que hace 12 años discutíamos con escándalo) que el mercado es el mejor sistema para crear riqueza”. González dijo que la mayor alienación del trabajador se ha dado en los países de economía estatalizada. “Los socialistas”, sentenció, “debemos utilizar el mercado para obtener recursos que permitan una política social. Hay que hacer eficiente el funcionamiento de la economía para que genere recursos”. González destacó después la necesidad de enfriar la economía.

Ecología y desarrollo

En esa línea de preparar a los militantes ante posibles evoluciones en el pensamiento socialista, González expuso que, por ejemplo, el sentimiento ecológico está arraigado en la izquierda, "pero hay que respetar el equilibrio entre ecología y desarrollo. La ecología", agregó, "no puede ser a costa de la pobreza".

También advirtió que los socialistas deben apoyar la selectividad universitaria, "y eso es lo progresista". "Como todo el mundo no puede tener un título, tienen derecho a tener un título los mejores".

Habló de la posibilidad de que, ante la cada vez menor tasa de natalidad, pueda promoverse una política contraria a la que ha mantenido hasta ahora: elevar de nuevo la edad de jubilación, aunque no como algo obligatorio.

Finalmente, pidió, sin más rodeos, que fuera aprobada la gestión de la ejecutiva. El Congreso le recibió con un aplauso de 15 segundos. La despedida, una ovación de medio minuto.



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PIumíferos y tertulianos

Felipe González, secretario general del PSOE, inició sus palabras de ayer ante el congreso socialista con una advertencia a "plumíferos y tertulianos" (periodistas y contertulios) que mezclan "Ignorancia, mala fe y falta de capacidad para asumir un congreso dernocrático". "Parece", dijo González, "que seguimos pagando, 15 años después, el largo periodo dictatorial".Venía esta introducción a cuento de las críticas ante la extracción de los delegados que participan en el 32º Congreso socialista: el 67% de ellos desempeñan un cargo público, dato que ha sido destacado prácticamente por todos los medios de comunicación en los días anteriores al inicio del 32º congreso.

"Hay que diferenciar los ruidos de las voces que llegan de la sociede.d", dijo Felipe González ante los delegados socialistas. "E¡o que dicen plumíferos y tertulianos significa que este congreso representa no sólo a 260.000 militantes, sino también a millones de españoles que dieron a sus delegados un cargo público, por voluntad libre y democrática", comentó el secretario general.

El presidente se planteó qué ocurriría si sucediera al revés, si los delegados no coincidiesen con las personas que han sido elegidas en cada pueblo para representar a sus ciudadanos. Y anunció: "Vamos a intentar en la década de los noventa que el 30% restante también sean cargos públicos, y lo vamos a intentar democráticamente. A algunos les molesta tanta representatividad, porque creen que el derecho natural indica que es la derecha la que tiene que ostentar los cargos públicos".

Esta advertencia inicial propio una interrupción con aplausos que duraron cinco segundos.

Una segunda interrupción se produjo, esta vez con risas, cuando Felipe González, después de un amplio paréntesis de incisos y subordinadas perdió el hilo. "He perdido el hilo", espetó tras un breve silencio, El comisario europeo, Manuel Marín, le sopló desde la primera fila del público la oración principal, y González pudo continuar. Tras terminar la frase le recompensó: "Gracias, Manolo".

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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