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Entrevista:

"La intimidad es acosada hoy incluso desde bases de datos internacionales"

La intimidad es un derecho básico e irreductíible de la persona, que con los instrumentos informáticos corre un grave peligro. Esto piensa Mario G. Losano, de 51 años, experto italiano en informática jurídica, catedrático de Teoría General del Derecho en la Universidad Estatal de Milán y presidente del Consejo de Administración del semanario Il Moderno. "La intimidad sufre hoy incluso el acoso desde bases de datos internacionales", señala.

"Una empresa multinacional de Múnich sabe, por ejemplo, las letras impagadas de un español aspirante a ejecutivo en aquella ciudad. Un organismo comunitario conoce incluso la resistencia al clima de un científico que quiere contratar para hacer un estudio en el trópico. Y no hablemos de otros tipos de datos médicos, económicos, deportivos... que saltan las barreras transnacionales", dice Losano."No nos engañemos: siempre ha habido medios de invadir la intimidad de las personas, pero los ordenadores han aumentado enormemente los peligros de lesionarla", asegura Losano aprovechando un hueco en el curso que está impartiendo en el Centro de Estudios Constitucionales de Madrid sobre Informática y técnicas legislativas. ¿Se impone por todo ello una postura de rechazo hacía la informática? "De ninguna manera", afirma el especialista italiano. "El peligro informático existe, pero no debe ser exagerado, porque tiene muchas cosas positivas; aunque necesita un fuerte control", añade.

Indefensión

España se mantiene como uno de los pocos países de la CE, junto con Italia, Portugal y Grecia, que no han aprobado todavía una ley específica sobre protección del ciudadano frente a los datos informatizados. Esto es grave, según Losano, porque deja prácticamente indefensos a los ciudadanos frente a la información, sea correcta o errónea, que determinadas instituciones públicas y privadas poseen sobre diferentes aspectos en mayor o menor medida íntimos de la vida de las personas. Además, estos países del sur de Europa se colocan en clara desventaja -en un nivel B- con el resto de los países europeos."Estamos ante un problema político antes que tecnológico o económico", dice. "Es cierto que será difícil crear una norma que en otros países ha costado diez años de discusiones, pero hay que intentarlo y de forma urgente".

El contenido básico de una ley de protección ante la informática debe centrarse, según Losano, en el derecho y la capacidad de¡ ciudadano para acceder a los bancos de datos tanto públicos como privados en los que se encuentre su nombre. Además, el ciudadano ha de poder corregir, de la mano de un juez especializado, los datos erroneos que se tengan sobre él para que no se produzca lesión de sus derechos.

Una vez que se han resuelto los problemas de protección en el ámbito nacional y en el regional o, en este caso, de la Comunidad Europea, se plantea el hecho innegable de la utilización planetaria de los datos personales. "Evidentemente, nos encontramos aquí ante un problema mucho más complejo, al que habrá que aplicar los mismos correctivos que en los niveles nacionales, pero con otros medios más ambiciosos".

Losano incluye aquí su visión sobre la piratería informática intemacional, que no es otra cosa que el acceso fraudulento, y generalmente a gran escala, a los bancos de datos transnacionales, aunque también es frecuente la piratería nacional y doméstica.

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