El peso de un gigante
General Motors ha anunciado el cierre de 38 plantas en EE UU y Canadá
La estrategia financiera iniciada por el gigante automovilístico estadounidense General Motors (GM) para reflotar la empresa a través del cierre de 38 plantas de ensamblaje de Estados Unidos y Canadá es un riesgo que puede representar una pérdidas de 2.000 millones de dólares (uno 20.000 millones de pesetas) para la compañía de Detroit o bien convertirse en su tabla de salvación, según analistas financieros de Wall Street.
El pasado jueves la GM hizo público que sus cifras de pérdidas habían sobrepasado los 2.000 millones de dólares en el tercer trimestre del año, y pocas horas después anunciaba el cierre de nueve plantas de ensamblaje. Los dirigentes de la compañía opinan que la limpieza que se llevará a cabo en algunos de los centros de la empresa es el primer pasó para que GM vuelva a ser una compañía "competitiva". Algunos analistas opinan que esa estrategia es "peligrosa" y que "sus resultados finales están por ver", mientras otros piensan que el cierre de factorías poco rentables es el paso lógico para racionalizar la empresa."Está claro que la GM ha estado operando con una capacidad mucho mayor al de su volumen real de ventas, y que su adecuación a los tiempos modernos será un acierto", ha declarado uno de los responsables de la financiera neoyorquina Merryll Lynch, quien ha añadido "Wall Street saluda la iniciativa de General Motors".
"La reestructuración es el primer paso para mejorar la competitividad y los beneficios de la empresa y sus operaciones comerciales en América del Norte", ha explicado el presidente de la compañía automovilística, Robert Stempel. Algunos de sus directivos opinan también que el cierre de ciertas plantas representará el ahorro de varios miles de millones de dólares.
Estas predicciones y el lanzamiento del Saturn, el nuevo modelo de utilitario diseñado por la GM, del que se han construido 250.000 unidades, deberían sacar de apuros a la compañía, cuyas cifras de negocio representan el volumen de pérdidas más alto de cuantos se han registrado en este sector desde que los Ford decidieron construir el primer vehículo de cuatro ruedas.
La GM, la mayor empresa automovilística del mundo, sufrió un lento y prolongado proceso de hundimiento financiero durante los últimos 15 años. Durante la última década la compañía se vio forzada a despedir a 45.000 trabajadores y ahora ya piensa en recortar el 25% de su plantilla antes de 1995. GM ha estado produciendo el 75% de su capacidad para acomodarse a las necesidades reales del mercado, lo que no sólo ha supuesto un coste desorbitado inútil, sino que ese gasto ha influido en el precio de sus productos, encareciéndolos en un momento en que la industria japonesa ha inundado el mercado norteamericano de coches utilitarios a bajo coste.
General Motors tiene capacidad por sí sola de abastecer el 50% del mercado nacional del automóvil en EE UU, pero las ventas sólo le otorgan el 35%. Estos datos, unidos al descenso de la compra de vehículos, explican los recortes llevados a cabo.
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