Crecen la demanda del tren y la necesidad de nuevos accesos

El colapso en las comunicaciones terrestres desde la zona sur, en la que viven más de medio millón de personas, ha repercutido en un espectacular incremento de los usuarios del ferrocarril. Las tres líneas del sur transportan un 56% de viajeros más que hace cuatro años, y para 1993 se prevé un incremento similar. Las expectativas de mejora de la mayor parte de los accesos descansan sobre la M-40, que, sin embargo, no será la panacea para esta zona de Madrid. Según los responsables de carreteras, más que cinturones transversales necesita nuevos ejes de penetración a la ciudad.

La carretera de Toledo soportala ardua tarea de comunicar Madrid con municipios tan poblados como Getafe (140.000 habitantes), Leganés (172.000), Fuenlabrada (141.000) o Parla (69.000). De estos núcleo s proceden dos tercios de los cerca de 62.000 vehículos que transitan diariamente por sus dos carriles y que protagonizan una de las horas puntas más madrugadoras. A las seis de la mañana ya han comenzado las retenciones, que no amainarán hasta las nueve.Sus problemas la han hecho poco sugestiva para los conductores de la zona. El incremento de usuarios que ha tenido en los últimos cuatro años (un 14,6%) ha sido mínimo. Al menos, si se compara con la espectacular subida de viajeros experimentada por el tren y el autobús.

Las líneas de cercanías de la zona -la C-4 (Madrid-Getafe -Parla) y la C-5 (Madrid-Leganés- Fuenlabrada)- transportan este año a diario a unas 86.000 personas, un 68% más que en 1986.

La demanda del ferrocarril no se va a relajar a corto plazo. Renfe prevé que en 1993 serán 135.000 viajeros los que monten todos los días en sus vagones de cercanías, casi 50.000 más que en la actualidad.

Para poder admitir a todos, Renfe tiene previsto adecuar las líneas de cercanías al funcionamiento habitual de la red de metro, reduciendo los intervalos en tre trenes, a cuatro minutos para el trayecto de Getafe y a tres minutos para el de Fuenlabrada. Para entonces habrán debido empezar las obras de, la nueva estación de Parla, cuyo apeadero actual está a varios kilómetros del casco urbano.

Más viajes en autobús

Las líneas de autobuses no se han quedado atrás. En los últimos cuatro años han pasado de transportar 75.000 viajeros a 126.000, distribuidos así: 82.000 desde Leganés y Fuenlabrada, 33.000 desde Getafe y 11.500 desde Parla. El incremento también ha sido espectacular: el 68%. Y sigue creciendo.

Los responsables del transporte son pesimistas sobre el futuro de la carretera de Toledo, que previsiblemente no podrá asumir por sí sola toda la demanda de la zona. La construcción del distribuidor sur de la M-40 y de la variante de Leganés -que enlazará con la variante de la carretera de Andalucía- (ver gráfico) podrá aliviar la congestión, pero no acabar con ella.

"Las poblaciones del Sur tienen alternativas transversales pero no de penetración a Madrid", explica Fernando Menéndez, director general de Trans portes de la Comunidad. "Por ello estamos planteándonos Úna nueva penetración que una Fuenlabrada, desde el barrio de Nuevo Versalles, con Leganés y la M-40".

El MOPU también baraja otra idea: ampliar el tramo Madrid-Getafe a un tercer carril aunque no haya demasiadas expectativas de mejora. Como mucho, calcula el ministerio, se podria pasar del nivel de servicio E al D, dentro de una escala que iría de la A (tráfico sin incidencias) a la F (gran congestión).

Las obras que se ejecutan en la actualidad o que ya cuentan con un proyecto redactado permitirán duplicar las alternativas transversales desde la principales poblaciones. Getafe tendrá salida por la N401 y la N-IV (hacia ésta por una futura variante norte); Fuenlabrada podrá optar por un amplio abanico de posibilidades a través de la M-506 (ya duplicada) y, según un proyecto de la Comunidad, podría contar con un eje que conectara con la M-50. Desde Leganés se podrá acceder directamente a la variante de Andalucía y, a través de tres vías distintas, a la M-40.

Con estas alternativas en marcha muchos conductores podrán dejar de callejear por Carabanchel o Usera para evitar los atascos en los grandes ejes radiales. Hasta 35.000 coches circulan diariamente por la M-425 y unos 21.000 por la M-424, vías por las que se accede a Madrid a través de la avenida de los Poblados -que se desdoblará-, General Ricardos o Vía Carpetena.

Carretera de Andalucía

La carretera de Andalucía (N-IV) es, con la de Burgos, la única que ha tenido desertores. Los seis kilómetros de retenciones que alcanza en ocasiones y los semáfaros que salpican sus últimos kilómetros han agotado la paciencia de al menos 5.000 conductores. En cuatro años la intensidad media diaria ha bajado un 6,2%.

El descenso, sin embargo, sólo se ha producido en los últimos kilómetros, los que dan servicio a los barrios colindantes a la vía: San Cristóbal de los Ángeles, Ciudad de los Ángeles, San Fermín, Orcasitas... Algo ha tenido que ver la apertura del nuevo trazado de la línea C-5 de cercanías, que ahora da servicio a Orcasitas.

La C-5 ha duplicado el número de viajeros en los últimos años, mientras la línea que recorre el eje de la N-IV, la C-3 (Madrid-Getafe-Aranjuez), apenas ha experimentado variación. De hecho, es el trayecto que menor capacidad tiene en horas puntaunos 2.500 viajeros.

La carretera de Andalucía es utilizada casi en partes iguales por los vecinos del sur de la ciudad (unos 25.000 vehículos parten de esta zona) y los residentes en Getafe, Pinto y Valdemoro (30.000 coches llegan desde estos puntos). El cruce entre ambos caudales está regulado por semáforos expertos en provocar retenciones.

Pero los odiosos semáforos no van a desaparecer. Según el MOPU, la apertura de la variante de Andalucía, que. asumirá el grueso del tráfico de la N-IV, resolverá el problema de los cruces. La variante, que enlazará la M-40 en el nudo super-sur -tendrá 21 cruces a distinto nivel-, se abrirá el próximo mes.