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Curiosas despedidas

John Toshack es un especialista en despedidas curiosas. Su repentina salida de la Real Sociedad hace apenas un año y medio, a siete jornadas del final, sorprendió a más de. uno. Su despido anterior, en el Sporting de Lisboa, le conmocionó hasta a él. "Sólo perdimos dos partidos, pero acabamos los subcampeones, detrás del Oporto, que estaba armando el equipo campeón de Europa. No me entraba en la cabeza que se me pudiera destituir", comentó.Su anterior marcha resultó más pintoresca. Toshack se había consagrado como entrenador al llevar al modesto Swansea desde la Cuarta hasta la Primera División inglesa. En 1983, no obstante, el club galés inició el proceso inverso. Toshack había incorporado a varios veteranos de su antiguo equipo, el Liverpool, para luego pelearse con uno de ellos, Ray Kenney, y con Emlyn Hughes, su fugaz ayudante.

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Al mismo tiempo, y con el beneplácito del presidente, Malcolm Struel, Toshack había gastado importantes cantidades en traspasos y en contratos suculentos que, como manager, negociaba él mismo. El 16 de octubre de 1983, Struel y su vicepresidente, Tom Phillips, dimitieron cuando se descubrió un déficit de 300 millones de pesetas.

Dos días después, el nuevo presidente, Dotig Sharpe, anuncio , tras una larga reunión con él, que seguía "con el total apoyo de la nueva junta", como es habitual en estos casos. Días después, añadió que el club necesitaba 80 millones de pesetas para sobrevivir. El día 27 mantuvo otra entrevista con Toshack, quien, 48 horas después, dimitió.

Un club arruinado

Los crímenes de Toshack, evidentemente, habían sido más administrativos que deportivos y el club estaba casi en la quiebra, al borde de la bancarrota. El 20 de noviembre, la junta declaró transferibles a todos los jugadores y el máximo goleador, Bob Latchford, se fue al NAC Breda, holandés, con la carta de libertad porque el Swansea era absolutamente incapaz de pagarle la ficha.

Cuando Colin Appleton rechazó la invitación de hacerse cargo del equipo, la junta convenció a Toshack para que volviese al banquillo a partir del 21 de diciembre. El técnico cerró el año jugando de libre y con una victoria por 2-0 frente al Derby gracias a la cual el Swansea abandonó el último puesto por primera vez en tres meses.

A la vez, Toshack donó unas 200.000 pesetas de su propio bolsillo para paliar la crisis económica del club. Sin embargo, el retorno del hijo pródigo tan sólo duró 74 días. En esta ocasión, Toshack se negó a dimitir y la directiva no tuvo más remedio que despedirle el 5 de marzo. El Swansea descendió por segundo año consecutivo, esta vez a la Tercera División.

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