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Gysi retira su dimisión como líder de los comunistas renovados de la antigua RDA

La cúpula dirigente del Partido del Socialismo Democrático (PDS) de la antigua Alemania Oriental consiguió convencer ayer a su carismático líder, el ahogado Gregor Gysi, de que retirara la dimisión que había presentado después de que las autoridades de Bonn descubrieran que el tesorero de esa formación política había sacado fraudulentamente del país 107 millones de marcos (6.700 millones de pesetas).

Los fondos de los comunistas renovados, sucesores del antiguo Partido Socialista Unificado (SED) que gobernó durante 40 años en Alemania Oriental, que se estiman en cientos de millones de marcos, comenzaron a ser objeto de polémica incluso antes de que se consumara la unificación alemana. Los partidos de Bonn han denunciado en múltiples ocasiones la fortuna heredada por el PDS, resultado de la acumulación de bienes de todo tipo y por toda clase de medios, llevada a cabo por los comunistas durante sus cuatro décadas en el poder.Ya el antiguo Parlamento de la desaparecida RDA decidió bloquear el dinero del PDS y el de los demás partidos que formaban el llamado bloque durante el desaparecido régimen comunista, hasta que una comisión determine su procedencia y su destino.

Operación policial

La semana pasada, 150 policías penetraron por la noche en los locales del PDS en Berlín, sin ninguna orden legal, en busca de pruebas sobre una supuesta operación financiera. Según la policía, la información provenía de la Interpol. Pero no encontraron nada, lo que permitió a Gysi aparecer por televisión y en todos los medios de comunicación denunciando el acoso al que era sometido su partido.

Pero la información era cierta. La policía federal detuvo el viernes por la noche a Wolfgang Pohl y Wolfgang Langnitschke, tesorero y director financiero, respectivamente, del PDS, acusados de haber transferido secretamente 107 millones de marcos a cuentas bancarias de la compañía soviética Putnik en Holanda y Noruega. Un miembro del partido, Karl-Heinz Kaufmann, intentó retirar fondos de la cuenta de Putnik en Oslo, siendo identificado. Kaufmann escapó a Moscú, pero en Berlín se destapó el asunto.

Pohl y Langnitschke, que habían admitido previamente el hecho y asumido la total responsabilidad, presentaron su dimisión en el partido y aseguraron que Gysi desconocía completamente sus tejemanejes. El tesorero explicó que había obrado así "para rescatar los fondos del partido ante el temor a que fueran expropiados".

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Gysi, que había viajado el jueves a Moscú para averiguar lo que sucedía con este dinero, cometió la equivocación de ofrecer una explicación falsa a la prensa, al asegurar que se trataba de una vieja deuda contraida a través de una fundación que ofrecía becas para estudiantes en Moscú. Y éste, precisamente, ha sido el resbalón que a punto ha estado de costarle su carrera política y, como consecuencia, la de su partido, que no cuenta con nadie de su carisma para sustituirle.

El viernes y ayer, 160 policías invadieron de nuevo la sede del PDS en Berlín en busca de pruebas sobre esta transacción y otras posibles. Gysi personalmente facilitó la labor de los agentes. Ayer, el PDS indicó que estaba dispuesto a desprenderse de todos sus bienes, a excepción de los mínimos locales necesarios para su funcionamiento. Los comunistas renovados se enfrentan ahora a una auténtica crisis de supervivencia y de credibilidad, cuando parecía que iban a conseguir mantenerse en el Par lamento que surja de las elecciones generales del próximo 2 de diciembre.

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