Solución salomónica en Barcelona para evitar conflictos entre Pujol y Maragall

El príncipe Felipe será el anfitrión del presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov durante la visita de algo más de cuatro horas que este último realizará a Barcelona el domingo. A la espera de que el programa oficial quede confirmado hoy, Gorbachov no visitará ni el Palau de la Generalitat ni el Ayuntamiento, en contra lo que pretendían el presidente Jordi Pujol y el alcalde Pasqual Maragall.La decisión de que el heredero de la Corona actúe como anfitrión de Gorbachov y que éste no visite ninguna de las dos instituciones catalanas se interpretaba ayer en medios de la Administración central como "una solución salomónica" para resolver la pugna de la Generalitat y el Ayuntamiento para capitalizar la visita.

A falta de posibles retoques de última hora, está previsto que Gorbachov y su esposa, Raisa, sean recibidos en el aeropuerto de El Prat por el Príncipe, el presidente de la Generalitat, el ministro de Defensa, Narcís Serra, y otras autoridades. La comitiva se desplazará a las Instalaciones olímpicas en Montjuïc, donde les esperará Maragall. Gorbachov y su esposa se dirigirán luego al Museo Picasso y posteriormente asistirán al almuerzo que el Príncipe les ofrecerá en el palacio de Pedralbes y al que asistirán unas 150 personas. En contra de lo que pretendían los soviéticos, no habrá reunión de trabajo con representantes empresariales, aunque éstos asistirán al almuerzo oficial.

En el palacio de Pedralbes Gorbachov recibirá a Pujol por espacio de unos 15 minutos. Fuentes del Gobierno catalán manifestaron que el, presidente de la Generalitat ha hecho llegar al Ministerio de Asuntos Exteriores su deseo de que la entrevista se realice a solas, sin la presencia de Narcís Serra. El presidente de la Generalitat entiende que en su calidad de tal, él será el máximo representante del Gobierno en Barcelona y no precisará de acompañante.

Las mismas fuentes explicaron que Pujol ha hecho llegar a Asuntos Exteriores su malestar por la marginación que, a su entender, ha sufrido la Generalitat en la organización del viaje.