Los Reyes concluyen en Asunción su visita a Chile y Paraguay

IGNACIO CEMBRERO ENVIADO ESPECIAL, El presidente Andrés Rodríguez se despidió ayer a media tarde (noche en España) de los Reyes, que concluyeron su visita a Paraguay, en el aeropuerto Silvio Petitrossi, de Asunción. Tras descubrir que en las banderas españolas que ondeaban en el aeropuerto el lunes cuando llegó a Paraguay la pareja real, figuraba el águila imperial en lugar del escudo constitucional con la corona, el protocolo español pidió al paraguayo que pusiera lo más rápidamente al día las enseñas españolas.

Por otro lado, el avión español en el que viajaban los periodistas que han informado de la visita, altos funcionarios de los ministerios de Asuntos Exteriores y del Portavoz y parte de los escoltas de los Reyes tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Asunción, 20 minutos después de haber despegado a las 19.00 (hora local, 23 horas en la Península) del mismo aeropuerto, debido a una avería de uno de los motores. Antes de la maniobra, el aparato, un Boeing 707 de las Fuerza Aérea Española, que fue recibido en la pista por dos ambulancias, hubo de deshacerse de todo su combustible. El avión en el que, don Juan Carlos y doña Sofía regresan a Madrid había despegado una hora antes y tiene previsto aterrizar hoy en Barajas a primera hora de la mañana.La última actividad de don Juan Carlos y doña Sofía consistió ayer, antes de acudir al aeropuerto, en visitar a última hora de la mañana el Centro de Artes Visuales, en cuyo Museo del Barro están expuestas numerosas figuritas de arte popular de parejas de hombres y animales haciendo el acto sexual de diferentes maneras. El séquito compró algunas de las reproducciones de estas piezas de cerámica, efectuadas por la artista Rosa Britez, en venta, dentro del museo.

La última jornada de la visita de Estado al país guaraní empezó con una excursión al cercano asentamiento de Villa Santander, en la localidad de Limpio, donde los padres salesianos han alentado a los damnificados de las inundaciones provocadas por el río Payaguay a que construyan sus propias casas con ayuda española.

Otros ferroviarios y campesinos paraguayos se quedaron, sin embargo, con las ganas de que el monarca visite sus viviendas. Unos 200 se concehtraron el martes por la tarde ante la catedral para pedir a gritos "que venga el Rey" para, explicaban a los transeúntes, que vea cómo viven los pobres en este país.

La visita real no ha permitido potenciar la cooperación porque Paraguay no envió una delegación a negociar en Madrid.