Una casa a cambio de la gloria

V. J. La familia Ivanisevic nada ahora en la abundancia. Sin embargo, no siempre fue así. Los comienzos del joven deportista, su dedicación al tenis, fueron costosos y exigieron muchos sacrificios. El primero, [a casa que el padre, Srdjan, construyó con su propias manos en Split. La venta de la vivienda permitió a Goran poseer un entrenador propio e iniciar su andadura por el circuito profesional.

"En Yugoslavia no hay tanto dinero como en los países occidentales y tampoco existe la tutela estatal como en los comunistas. Por eso, los padres deben arriesgar y ayudar a los hijos de cualquier manera . Vender la casa en un forma", comentó el padre del tenista al diario francés L'Equipe el día que su hijo consiguió la Raqueta de Oro y Diamantes.

No todo fueron alegrías mientras el joven reafirmaba día a día su imparable ascensión en el circuito mundial. Al mismo tiempo que padre e hijo iban de pista en pista, de torneo en torneo, la madre dedicaba todo su tiempo a cuidar de Srdjana, la hermana de Goran, aquejada de una gravísima enfermedad que a punto estuvo de acabar con su vida. La pesadilla, finalmente, término, y la joven, de 24 años de edad, sanó. "Estos dos últimos años han sido terribles, pero ahora todo va bien. Mi hija me ha podido dar por fin un nieto y los éxitos de Goran me han satisfecho de todos los esfuerzos del pasado".