El servicio de paquetería de Chamartín quedo ayer colapsado

El público que acudió ayer por la mañana a recoger los paquetes facturados a través de los servicios de transporte de mercancías de Renfe, especialmente Paquete-Express en la estación de Chamartín, se encontró con la ventanilla de entregas cerrada. La razón fue el desbarajuste ocasionado por la acumulación en los almacenes de gran cantidad de mercancías sin clasificar que, a causa de la huelga de camioneros, fueron entregadas a Renfe para su transporte.

"El caos ha sido preocupante a partir del jueves, las cajas llegaban hasta el techo y estaban esparcidas por los andenes". Así describía ayer la situación un trabajador de los servicios de paquetería de Renfe en la estación de Chamartín que se han visto desbordados por la afluencia de mercancías transportadas por carretera y desviadas hacia el tren con motivo de la huelga de camioneros.Con el fin de que la situación no se agravara, los encargados de este servicio decidieron ayer cerrar las puertas de¡ recinto donde se entregan los paquetes al público, lo que ocasionó a primeras horas de la mañana las protestas de quienes se habían acercado a reclamar sus mercancías, algunos por tercer día consecutivo.

"Como los domingos las empresas están cerradas, vamos a dedicar todo el día de hoy a clasificar lo que está en el almacén, para que pueda salir el lunes por la mañana. A pesar de eso, mañana [por hoy] nos encontraremos con todas las mercancías que llegarán hoy, por lo que es posible que la situación no se normalice hasta el miércoles", dijo uno de los jefes, que como el resto de los 200 empleados que trabajan en este servicio, se encontraba ayer "al pie del cañón".

Mientras tanto a Paquete-Express llegaban personas a recoger paquetes que nadie les podía entregar. "No sabemos dónde pueden estar, porque aún no están clasificados", repetían los empleados. "Bueno, pues déjenme entrar a buscarlos, que puedo reconocer las cajas. Mañana cargo varias furgonetas, y tengo que tener ahora esas mercancías", protestaba una mujer, mientras que un hombre preguntaba por un cajón de fruta que tenían que haberle entregado el sábado. "Cuando la recoja va a ser mermelada", aseguró.

Tanto los empleados como los responsables del servicio aseguraron que se había reclamado al Instituto Nacional de Empleo el envío de personas en paro para cubrir el trabajo extra acumulado. "No han mandado ningún parado, cosa que nadie entiende, con toda la gente sin trabajo que se dice que hay. Hemos tenido que pagar horas extras a los empleados de limpieza de la estación, en total unas 20 o 30 personas, que han estado aquí por las noches descargando, además de la gente del servicio, que están trabajando en sus días de libranza", dijo un encargado.

"Se ha querido aprovechar la avalancha de mercancías que van normalmente por carretera para hacer un buen negocio. Sin embargo, el asunto ha desbordado las previsiones de los responsables, que pensaban que la huelga no iba a durar tanto. Lo que hayan ganado por un lado lo van a perder a base de indemnizaciones y reclamaciones por no cumplir los plazos", dijo un trabajador.