Un señor feudal
Dany Chamún, de 54 años, cristiano maronita, soñó durante su vida política con crear un Líbano unido en donde el imperio de la ley reemplazase a los 15 años de guerra civil que sufre el país. Aunque odiaba las armas, la política que defendía desencadenó la búsqueda violenta de la supremacía del poder.Hijo del difunto presidente libanés Camille Chamún, el político asesinado procedía de una de las últimas poderosas familias feudales de Líbano. Moreno y atlético, Chamún expresó su temor a que la caída del general Aún trajese consigo el colapso de la ley y el orden.
Fue candidato presidencial en 1988, con un programa para acabar la guerra civil. Era contrario a la presencia de fuerzas extranjeras en Líbano, a la división del país y a la actividad armada palestina. A pesar de su proximidad a Aún, fue un político pragmático que, tras la derrota de aquél, contactó con el Gobierno del presidente Haraui, en un gesto de reconciliación.
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