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Ejecutar al mensajero

Con la pena de muerte, de moda en Estados Unidos, Fred Leuchter debería ser el hombre del momento. Es una fuente dispuesta a facilitar apoyo técnico a los Estados que buscan material nuevo o renovado para las ejecuciones. ( ... ) Pero, de pronto, Leuchter, un especialista en muerte autodidacto, ha perdido el favor de carceleros y fiscales. Su maravillosa máquina, pregonada como un modo más humano de matar asesinos, está bajo sospecha de infligir demasiado dolor. Primero fue el procurador general de Alabama quien puso en tela de juicio a su experto. Luego fue Illinois, que recientemente realizó su primera ejecución en 28 años, quien terminó . su contrato tras declarar un experto médico que la máquina para inyectar cianuro de potasio podría causar al prisionero un dolor innecesario. (. ..) Los Estados temen que los tribunales declaren que los métodos que utilizan en sus ejecuciones ocasionan un dolor cruel y extraordinario que viola la Constitución norteamericana. Tal vigilancia es prudente, pero tiene un cierto sabor a ejecutar al mensajero. Después de todo, Leuchter sólo diseña máquinas para matar y son otros los que crean el mercado. ( ... ) Es una profesión cruel, pero desde el momento en que los tribunales y los legisladores lo apoyan, alguien tiene que hacerlo. No seamos demasiado duros con Fred Leuchter. Tomás Moro, que perdonó a su verdugo antes de la ejecución, tenía razón. El problema no reside en el verdugo, sino en el sistema.19 de octubre

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