El presidente libanés culpa al general Aún de la matanza de 15 manifestantes

El Gobierno del presidente libanés, Elías Haraui, responsabilizó ayer al general Michel Aún de la matanza que la noche anterior provocó al menos 15 muertos y unos cuarenta heridos graves entre sus partidarios.La tragedia se produjo cuando varios miles de personas, en su mayoría adolescentes, se manifestaban contra el bloqueo impuesto por Haraui a la región controlada por Aún. De acuerdo con testigos presenciales, la milicia cristiana Fuerzas Libanesas (FL) disparó contra los manifestantes que se aproximaban. al punto de paso entre el feudo de Aún y la zona bajo su control.

Los soldados del general Aún nos. dijeron que esperáramos, que estaban intentando ponerse en contacto con las FL por radio, pero una joven se hizo con el altavoz y gritó que podíamos avanzar", relató a la agencia de noticias France Presse un joven militar que participaba en la marcha pacífica.

Al parecer, los milicianos dispararon primero varias ráfagas de metralleta, para a continuación bombardear con proyectiles de obús. Esta tesis ha sido confirmada en fuentes hospitalarias.

Desde el pasado viernes, los soldados que se mantienen leales a Haraui imponen un bloqueo total a la región del Meten, donde se ha hecho fuerte el general Aún, que no reconoce la autoridad del presidente. Desde entonces, , los cerca de 500.000 habitantes que aún residen en esa región libanesa han estado organizando a diario concentraciones y marchas contra esa medida y en apoyo de su líder.

En teoría, el ejército ha sustituido a las milicias de todo signo para imponer ese cerco al general rebelde, pero sus partidarios aseguran que los milicianos a las órdenes de Geagea permanecen en sus casamatas con las armas a punto.

Las FL, una milicia de extrema derecha que dirige Samir Geagea, lucharon con el general en su guerra de liberación contra la presencia siria en Líbano en 1989. Ahora, ante la imposibilidad de hacerse con el control de la llamada región cristiana, se han aliado a Haraui para deshacerse del enemigo común.