El pasado árabe de España facilita la estancia de sus rehenes en Bagdad
La simpatía que el pasado árabe de España despierta entre las autoridades y el pueblo de Irak ha sido decisiva en el hecho de que los españoles retenidos en Bagdad en calidad de huéspedes forzosos de Sadam Husein no hayan sido utilizados hasta ahora como escudo humano en instalaciones estratégicas. Tal es la impresión del teniente coronel Arturo Vinuesa, el agregado militar español en Bagdad, que el pasado miércoles llegó a Ammán tras haber sido expulsado de Irak.Esa misma simpatía ha provocado que el envío español de tres barcos de guerra a la región del golfo Pérsico haya sido considerado por los iraquíes como "la traición de un hermano". Vinuesa afirma que, sin embargo, hasta hace unos días la relación entre los diplomáticos españoles en Bagdad y las autoridades iraquíes no era tensa. "Una y otra parte", dice, "utilizábamos el humor para limar nuestras diferencias".
Desde hace semanas, la Embajada de España en Bagdad intenta convencer a los iraquíes para que al menos dejen salir del país a los rehenes en situaciones más dramáticas, como un capitán de la Marina mercante de edad avanzada capturado en Kuwait cuando su avión hacía escala en un viaje a Madrás.
No creían en la ocupación
El teniente coronel Vinuesa señala que, antes y después de la invasión de Kuwait, el contacto entre los agregados militares en Bagdad de los países de la OTAN era "muy fluido". Pero el militar español confiesa que ninguno de ellos, incluido el norteamericano, creyó que Irak osaría ocupar Kuwait. "Los movimientos de tropas hacia el sur se hacían a plena luz del día", recuerda. "Eran tan ostentosos que todos pensábamos que se trataba de un farol".
Según la impresión del teniente coronel, el pueblo iraquí no quiere verse envuelto en otra guerra cuando aún no han cicatrizado las heridas de la que le opuso a Irán. En su opinión, Sadam Husein tendría que sentirse muy acorralado para disparar el primero. Entonces intentaría a toda costa involucrar en la contienda a Israel.
En caso de ataque norteamericano, la gran pregunta que antes de ser expulsados se hacían los agregados militares occidentales en Bagdad es la de si las Fuerzas Armadas iraquíes resistirían el choque psicológico de una operación aérea devastadora norteamericana. En todo caso, el teniente coronel piensa que no hay que subestimar a los pilotos iraquíes y sus Mig 29.
Los rehenes españoles en Bagdad viven en domicilios de diplomáticos o en hoteles, gozan de relativa libertad de movimientos y no sufren carestía de productos básicos.
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