González cree "razonable" una crisis de Gobierno, pero tampoco le parece "dramático" su aplazamiento

El presidente del Gobierno, Felipe González, consideró "razonables" las consideraciones que le expusieron seis secretarios regionales del PSOE sobre la necesidad de cambiar el Gobierno, aunque inmediatamente después señaló que tampoco resultaba "dramático" si no lo hacía antes del 32º congreso de noviembre. A juicio de esos dirigentes, que se reunieron con González en la Moneloa el día 12, es el mantenimiento del mismo Gobierno lo que ha hecho que "algunos ministros muevan piezas". Por su parte, estos ministros consideran que "el pluralismo" que propugnan será imposible si no empieza por un cambio en el Ejecutivo.Las personas del entorno del presidente, Felipe González, aseguran que "hasta ayer mismo" el jefe del Gobierno no había dado muestra alguna de que iba a promover de inmediato un cambio en el Ejecutivo, a pesar de que hubiera considerado "razonables" las opiniones favorables al cambio que le esgrimie ron los secretarios regionales de las comunidades de Andalucía, Castilla-La Mancha, Valencia, Extremadura, Galicia y Murcia. En esta reunión, en contra de lo publicado, no estuvo el respon sable de los socialistas asturia nos y ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval.

El presidente se entrevistará acompañado por el secretario de Organización, Txiki Benegas, antes del 32º congreso con todos los responsables del partido aunque por razones de "agenda" no podrá mantener otra reu nión de este tipo antes del próxi mo mes. Estas razones de múlti ples ocupaciones, además de las variables políticas que se derivan'de la crisis del golfo Pérsico y, sobre todo, de las medidas de ajuste económico, son las que pueden hacer que el presidente del Gobierno no aborde una crisis gubernamental antes del próximó congreso.

Asistentes a la reunión de la Moncloa aseguran que ninguno de ellos "exigió o instó" al jefe del Ejecutivo a cambiar su Gobierno, porque ello estaría totalmente alejado de las reglas del juego establecidas entre el partido y el Ejecutivo. Así, si éstos se permitieron opinar sobre un cambio de Gobierno es porque consideran que la crisis tan largamente pospuesta afecta a la organización, toda vez que "los movimientos de ministros" o de otros cargos públicos obedecen, según su opinión, a que no se ha llevado a efecto esta remodelación. En este contexto aprovecharon para mostrar a González "la irritación" que producían en la organización determinadas opiniones de cargos institucionales, entre ellas la del'presidente madrileño, Joaquín Leguina.

En relación con un posible cambio de Gobierno nadie se atreve a aventurarlo, ya que los dirigentes regionales que visitaron a González, coinciden en que éste consideró estimables sus opiniones e incluso "dio la impresión" de que les daba la razón, aunque no extrajeron una conclusión definitiva, ya que el presidente apostilló que no consideraba "dramático" el que no llevara a efecto una remodelación.

Desde todos los sectores, aunque por razones diferentes, se propugna el cambio. Los miembros de la ejecutiva y los dirigentes regionales del partido desearían el cambio para despejar la incógnita de cara al congreso de noviembre y los ministros para saber a qué atenerse antes de esa máxima asamblea.