Detenido en Marbella El Beni, presunto enlace del 'cartel de Medellín' en España
La Guardia Civil detuvo hace dos semanas a Bernardino Torres Hernández, El Beni, empresario que estaba siendo investigado desde hace dos años como presunto responsable de un alijo de 562 kilos de cocaína aprehendido en abril de 1988 en Tarragona. La detención de El Beni, considerado el presunto enlace del cartel de Medelín en España, se produjo por el testimonio de un ecuatoriano relacionado con su organización, que acudió voluntariamente a aportar las pruebas que faltaban. Tanto Bernardino como su hermano Benigno, El Perro, fueron arrestados en su lujosa residencia del Hill Club de Marbella.
El testimonio del ecuatoriano Ramón María del Temple Llopis, Doctor Temple, ha permitido al juez Carlos Bueren, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, revisar el sumario abierto tras la aprehensión realizada en Vilanova, para incluir al que desde un comienzo fue considerado como principal implicado pero contra el que no había pruebas.Hace apenas tres semanas, Temple Llopis acusó a Bernardino Torres de ser el verdadero destinatario de los 562 kilos de cocaína interceptados en 1988, y añadió: "B. A., un español vecino de Palma de Mallorca, es el hombre que compró la lancha Zodiac con la que se descargó la droga y el que alquiló el yate que trajo la cocaína de Miami a España".
La Guardia Civil detuvo a B. A. y encontró el recibo -correspondiente a la compra-de la Zodiac. El mallorquín confesó y ratificó que El Beni era el destinatario de la droga incautada. Con estos datos, tres agentes del instituto armado detuvieron en Marbella a los hermanos Torres, que fueron trasladados de inmediato a Madrid. Su incomunicación prosigue, y es tan severa que algunos familiares, temiendo que hayan sido secuestrados, han acudido incluso a la policía.
Tanto Bernardino como Benigno Torres han negado que conocieran a B. A. y a cualquiera de los detenidos por los 562 kilos de Vilanova.
Soplo de la DEA
La investigación de este caso, especialmente azarosa, comenzó a primeros de 1988, cuando el Servicio Fiscal de la Guardia Civil recibió noticias de la Drug Enforcemed Agency (DEA) norteamericana de que una importante partida de cocaína iba a salir de Miami con destino a España. Varias personas relacionadas con la organización que preparaba el envío eran conocidas ya por el Servicio Fiscal.Éste era el caso de Abraham, Hernández Peña, detenido con tres kilos de cocaína en el aeropuerto de Barajas, y de Reginaldo Jesús Blanco, Enano o Blanquito, un cubano afincado en Miami y visitante habitual de España, que sería el cerebro ejecutor de la operación en marcha, según las noticias de la DEA.
El dispositivo de escuchas telefónicas montado permitió seguir con todo detalle la singladura del yate cargado de cocaína. Hasta el punto de que la Guardia Civil supo que Raúl Orlando, el cubano que pilotaba la nave, había equivocado su destino porque desde la Península le gritaban que qué hacía en Las Palmas de Gran Canaria, si donde realmente tenía que ir era a Palma de Mallorca. A golpe de escucha, creció también la convicción de que El Beni era el propietario de la valiosa carga.
En la noche del 22 al 23 de abril de 1988 hubo gran agitación en la playa que va de Vilanova hacia Cubelles. Parapetados tras las dunas, los guardias civiles seguían la evolución de varias figuras que se comunicaban por radioteléfono con una Zodiac en ruta hacia la orilla. Los guardias sabían que el propio Beni, cuya verdadera identidad aún no se sabía, se encontraba en la zona. Era cuestión de esperar la descarga, detener a todos e intervenir la mercancía.
Operación fallida
Pero la espera se alargaba demasiado, en opinión de un agente que levantó la cabeza para ver qué pasaba. Su perfil fue advertido por los que faenaban más abajo.,"¡Hay perros, hay perros!", oyeron los guardias por su interceptores. La Zodiac se internó en el mar y los que la esperaban se esfumaron.La operación se salvó de milagro. Dos estudiantes descubrieron a la mañana siguiente los 562 kilos de cocaína ocultos en un fortín playero, pocos kilómetros más arriba del lugar donde iba a efectuarse la descarga. La Guardia Civil vigiló el bunker y detuvo a Reginaldo Blanco cuando se acercaba a ver la mercancía.
Pero la pista del misterioso Beni estaba perdida. Hace aproximadamente un año, dos periodistas de larevísta Cambio 16 lo encontraron en su chalé de Marbella, cuando la policía aseguraba que había huido de España.
En ese mismo lugar pudo ser detenido la semana pasada gracias al testimonio de Doctor Temple, que había sido investigado en relación con la misma trama. Fuentes conocedoras del caso indican que Temple Llopis no es, sin embargo, un arrepentido. Se presentó libremente ante la Guardia Civil y quedó en libertad porque estaba libre de cargos.
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