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Sampras, el joven tradicional

El ganador del Open de EE UU admira a las viejas glorias del tenis

Pete Sampras, con 19 años el ganador más joven en la historia del Open de Estados Unidos, tiene sus raíces bien afianzadas en el pasado del tenis. Sampras es un jugador cortés y caballeroso que viste exclusivamente ropa blanca; que conoce el tenis, sus tradiciones y sus viejas glorias, y que juega como uno de ellos. Su servicio alcanza los 198 kilómetros por hora, y sus maneras recuerdan a figuras históricas como los australianos Rod Laver o Ken Rosewall, sus ídolos.

Pete Sampras, que ganó a su compatriota André Agassi en la final por 6-4, 6-3 y 6-2, concedió únicamente cuatro sets y sumó 100 saques directos en todo el torneo, derrotando sucesivamente a Thomas Muster (Austria, sexto cabeza de serie), Ivan Lendl (Checoslovaquia, 3º), John McEnroe (3º) y Agassi (4º). Lo que es capaz de hacer con su saque únicamente se ve en las películas del Oeste, y quizá por ello ya le han bautizado en Estados Unidos como Pistol Pete."Para derrotar a Lendl y McEnroe en partidos consecutivos hay que ser muy bueno. Creo que Pete posee una fuerza interior diferente a los demás", declaró Boris Becker (RFA, 2º), el más joven ganador de un torneo del Grand Slam al vencer en Wimbledon a los 17 años.

Sampras nació el 12 de agosto de 1971 en Potomac (Maryland), pueblo cercano a la capital federal. Es uno de los cuatro hijos de Soterios y Georgia, y, como desde pequeño destacaba en el deporte de la raqueta, en 1978 su padre decidió trasladar a la familia a California, con mejor clima y más ambiente para el tenis.

Bajo la dirección del doctor Peter Fischer, Sampras aprendió de Laver y los otros grandes australianos y se transformó de un jugador de fondo a uno de servicio y volea. Sampras es muy joven para haber visto en directo a Laver, el último vencedor del Grand Slam [ganar Australia, Roland Garros, Wimbledon y Estados Unidos en un mismo año], pero desde que vio por primera vez su imagen sabía que tenía un modelo a seguir.

Viejas glorias

"Siempre he respetado a las viejas glorias", declaró Sampras. "Me gusta mucho cómo se jugaba en la época de Laver y Rosewall. Creo que todos los australianos tenían mucha clase y me gustaría ser como ellos".Sampras es muy diferente a Agassi, que a los 20 años de edad ha llegado a dos finales de torneos del Grand Slam, pero sin conseguir un título. André Agassi no tiene buena Prensa en Estados Unidos. Se le critica por muchas cosas: por su cabellera larga y su pendiente, su vestimenta de colores chillones, su numeroso séquito. Pero en realidad lo que provoca que no tenga el carisma de otros grandes del tenis es su forma de ser. Después de perder en la última final del torneo de Roland Garros frente a Andrés Gómez (Ecuador), Agassi protagonizó una ceremonia con Jean Borotra, ex campeón de Wimbledon y Roland Garrós y uno de los tres mosqueteros, el trío de jugadores franceses que dominaron el tenis después de la Primera Guerra Mundial. Cuando la Prensa le preguntó qué pensó al conocer a un mito, Agassi dijo: "¡Ah!, ¿ese viejo testarudo? Ni siquiera sabía quién era".

Sampras vive ahora en el rancho Palos verdes (California) y le entrena el puertorriqueño John Brandi, un desconocido en el circuito que se formó en la academia de tenis de Nick Bolletieri. Sin embargo, todo el crédito dado al juego de Sampras se debe a Fischer, que le enseñó a sacar utilizando los músculos principales de los hombros y del brazo, de forma muy parecida a como se realiza un mate en el baloncesto. El doctor Fischer también cambió su carácter, y convirtió a un jugador teffiperamental en otro frío como un pingüino.

Antes de la final, el presidente George Bush llamó a Agassi para desearle suerte, pero ignoró a Sampras. En lugar de indignarse, Sampras declaró el domingo: "No me molestó. Tenía el teléfono descolgado". Cuando le preguntaron qué iba a hacer con su premio de 350.000 dólares (35 millones de pesetas) contestó: "Voy a organizar un cóctel sorpresa para la Prensa".

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