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Bush y Gorbachov lanzan un ultimátum a Irak para que abandone Kuwait y libere a los rehenes

George Bush y Mijaíl Gorbachov hablaron ayer con una sola voz. Y en tono perentorio exigieron a Irak que acate la voluntad de las Naciones Unidas, se retire inmediatamente de Kuwait y libere a los rehenes extranjeros que mantiene en su poder. Los presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética, reunidos en Helsinki durante siete horas, fueron tajantes: "Estamos unidos en la creencia de que la agresión iraquí no puede ser tolerada. Ningún orden internacional pacífico es posible si los Estados grandes pueden devorar a sus vecinos pequeños". Y si Irak no se pliega, advirtieron, nuevas medidas (no especificadas) se sumarán al bloqueo que pesa sobre Irak.

Durante la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron al concluir sus conversaciones en la capital finlandesa, los líderes de las dos superpotencias dejaron meridianamente claro que los intentos del presidente iraquí, Sadam Husein, por dividirles habían caído en terreno baldío. En su primera acción solidaria desde el final de la II Guerra Mundial, EE UU y la URSS apostaron por una solución política al conflicto del Golfo, pero advirtieron inequívocamente al Gobierno de Sadam Husein de que la paz definitiva sólo pasa por su retirada incondicional de Kuwait.Gorbachov, que hoy comienza a lidiar en el Sóviet Supremo la implantación en la URSS de la economía de mercado, se mostró complacido con las promesas explícitas por parte de Bush de hacer todo lo que esté en su mano para que la ayuda financiera fluya hacia Moscú.

La cumbre de Helsinki coincidió con la primera visita a Teherán del ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Tarek Aziz, desde que se desencadenara, hace 10 años, la guerra con Irán. Si bien el régimen iraní está dispuesto a fumar la pipa definitiva de la paz con su vecino occidental (el alto el fuego se firmó en agosto de 1988), no lo está a seguir a Sadam Husein en su particular aventura bélica. El pasado viernes, el hoyatoleslam Hachemi Rafsanyani había expresado su confianza en que "ambos, Estados Unidos e Irak, recuperen el sentido común y cesen en su comportamiento aventurero antes de que haya un enfrentamiento en la región".

Una vez se solucione el conflicto desencadenado por la invasión iraquí de Kuwait, en el que pocos observadores se atreven a descartar el uso de la fuerza militar, las dos superpotencias favorecen la idea, lanzada recientemente por Estados Unidos, de crear, "en conjunción con los países de la región y de fuera de ella, estructuras regionales de seguridad" en Oriente Próximo y en el golfo Pérsico.

La cumbre contó con la bendición del papa Juan Pablo II, quien desde Ruanda expresó su confianza en que el encuentro entre Bush y Gorbachov sirva para conseguir "una solución justa y pacífica" en la crisis del Golfo.

Páginas 2 a 7 Editorial en la página 12

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