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Cinco heridos en la explosión de butano que destrozó un nueble en La Elipa

Tres adultos y dos niños sufrieron ayer heridas de diversa consideración a causa de la explosión de una bombona de butano ocurrida hacia las 15.20 en la quinta planta del inmueble número 34 de la calle de María Teresa Sáenz de Heredia, en el barrio de La Elipa. Uno de los heridos, Miguel Pérez Mazo, ocupante del piso donde se produjo la explosión, resultó con graves quemaduras en la mitad de su cuerpo. La onda expansiva destrozó totalmente la quinta planta del edificio, que se hundió sobre el cuarto piso. Los grandes cascotes arrancados por la explosión destrozaron ocho vehículos aparcados en la calle.

"Ha sido horroroso. Se oyó una gran explosión y vi cómo comenzaban a caer trozos de pared", manifestó Carmen Quevedo, vecina del inmueble, aún nerviosa por lo ocurrido. La explosión se produjo en el quinto A, ocupado en ese momento por Miguel Pérez Mazo, de 58 años. Todas las fuentes consultadas achacaron el estallido a una fuga de gas butano. El efecto fue devastador. El tejado del inmueble saltó por los aires, las cornisas se quedaron colgando de la fachada o cayeron sobre los automóviles aparcados, el suelo de la vivienda se derrumbó sobre el cuarto piso, los cristales de los comercios y viviendas cercanas se rompieron.Los vecinos huyeron rápidamente. "Acababa de tomarme el aperitivo en el bar cuando oí la explosión. Vi cómo salía gran cantidad de polvo y caían cascotes. Como tengo un familiar en la casa corrí hacia ella", dijo Antonio Ortiz. Junto a tres amigos subió al quinto piso. En su camino encontró a la vecina de¡ quinto B, Rosa María Benavente, de 29 años, que huía con su hija Begoña, de ocho meses.

Dentro de este piso, su marido, Lorenzo Barroso Álvarez, de 32 años, buscaba a su otro hijo, Ignacio, de nueve años. "Empezamos a quitar escombros y le llamamos a gritos. Al final lo encontramos bajo los cascotes. Se había refugiado debajo de una silla. Estaba herido, pero vivo", dijo Ortiz. No hubo que lamentar más heridos gracias a que la ocupante de¡ cuarto piso está estos días en casa de su hija en Valladolid y a que los cascotes no alcanzaron a las personas que paseaban por la calle.

Los cuatro integrantes de la familia fueron llevados al Gregorio Marañón. La pequeña Begoña fue dada de alta tras ser reconocida. El ocupante de la vivienda donde se produjo la explosión fue trasladado al Centro de Quemados de La Paz. Según fuentes policiales, tenía graves quemaduras en el 50% del cuerpo.

La zona fue acordonada por la policía mientras los bomberos desescombraban el inmueble.

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