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Japón y los países del Pacifico temen la pérdida de su liderazgo industrial por la crisis del Golfo

La crisis del Golfo se ha constituido en el eje principal de los debates en los que participan los países ribereños del Pacífico, cuya producción industrial es altamente dependiente de la factura energética, con la excepción de México y Estados Unidos. Para los jefes de Gobierno y expertos reunidos en San Francisco, sede de la nueva ronda de debates Pacific Ring (Anillo del Pacífico), la crisis del crudo amenaza el liderazgo de Japón y el ascendente papel de países como Taiwan, Corea, Hong Kong y Singapur -los tigres del Pacífico-, con economías basadas en el modelo nipón.

Robert Hawke, primer ministro de Australia; Pato Seri Mahathir, primer ministro de Malasia; Briam Malrooney, primer ministro de Canadá, y Lee Kuan Yew, primer ministro de Singapur, forman el núcleo de mayor pesimismo sobre el papel en ese tercer debate, del Pacífico que se efectúa después de los realizados en Hong Kong y en Australia. Al otro lado de la mesa, la opinión de los expertos es algo más optimista. Para Earl Cheit y Robert Scalapino, de Barckley; Lester Thurow, del MIT, y Andrew StoeckI, de Australia, si Arabia Saudí y los países de la organización de exportadores de petróleo (OPEP) cumplen como han acordado su compromiso de incrementar las tasas de producción para cubrir la pérdida de Irak y Kuwait, la conmoción económica será mucho menor, y en este caso habrá que descontar únicamente el efecto multiplicador en los precios producido por el alza del barril.Lester Thurow dejó claro que "la dimensión del incremento inflacionista depende del uso que hace un país de la energía y en qué proporción ésta viene del petróleo. Tanto Japón y el grupo de Taiwan, Corea, Singapur y Hong Kong, como Tailandia, Indonesia y Filipinas, los llamados países de tercer nivel en la ribera del Pacífico, dependen absolutamente del petróleo, y sin embargo tienen menor energía por unidad de producto interior bruto (PIB) de la que se desarrolla en Europa. Si se unen las dos dependencias, energía y energía por unidad de PIB, las crisis inflacionarias, que supondrán subidas al menos de dos puntos en la tasa de precios, serán similares para todo el área del Pacífico, como lo serán para Europa y Estados Unidos".

Miedo visceral

Para los países productores de petróleo, las consecuencias de la crisis no expresan una quiebra de la oferta en el sentido amplio, pero sí un miedo visceral a los efectos de la recesión. Los casos de Estados Unidos y México, presentes en el Pacific Ring, ejemplifican dos puntos de partida paralelos, pero de efectos diametralmente opuestos por sus enormes diferencias en sus tasas de crecimiento interno. Pedro Aspe, ministro de Finanzas mexicano, coordina en estos debates de San Francisco la puesta en juego de los instrumentos que utiliza el Pacífico altamente desarrollado para acercarse a América Latina, a la URSS a través de China y a los países del Este europeo, conocidos en esta latitud por oportunidades exóticas.

La presencia del presidente George Bush en el Pacific Ring prevista para la clausura de la ronda, el próximo miércoles, es la principal atracción de los debates.

Para Estados Unidos, internacionalizar la economía es hoy por hoy urgente a la hora de abrir un nuevo estilo de cooperación económica y empresarial capaz de hacer frente a la, temida invasión amarilla de los países ribereños del Pacífico, y a la tenaza, por el otro lado del globo, del Acta única Europea. El enorme déficit de la balanza comercial de EE UU y el deterioro continuado de su relación .real de intercambio, así corno la depreciación tendencial del dólar, han sido durante muchos años el principal punto de referencia económicó y monetario del resto del mundo. En estos momentos, la situación de mayor empobrecimiento en aquel país y en los territorios del área norte o rica del planeta tiene consecuencias en grandes sectores de la economía de los menos desarrollados, y por supuesto, compromete el futuro de algunos de los llamados nuevos Estados industriales del Pacífico.

Para algunos de los participantes en el Pacific Ring, la presencia no confirmada de Japón y del primer ministro de este país, Toshiki Kaifu, demostraba una vez más la ambivalencia en la que se mueven los primeros exportadores del planeta en momentos de compromiso para la economía mundial. Japón, Californía y Australia, con altas cotas de desarrollo y unas bases industriales de tecnología punta -parques tecnológicos, nuevas aplicaciones de la inteligencia artificial, etcétera-, componen el grupo de mayor valor añadido entre los países del Pacífico.

Corea y Taiwan poseen tecnología y productos medios-altos e importantes excedentes financieros. Ambos países completan con Hong Kong y Singapur las nuevas plazas financieras con capacidad de absorber flujos de inversión comparable a París, Francfort o Milán. Tailandia, Indonesia y Filipinas, los países del tercer nivel, basan todavía su competitividad en la baja estructura de costes empresariales por su mano de obra barata.

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