Beatriz Paredes
"La gobernadora" de México sueña la gran revolución
"De origen, rural, y de oficio, política". Así se presenta Bea triz Paredes. Es la gobernadora de México, la única mujer que ejerce el poder ejecutivo en uno de los 31 Estados mexicanos y también la segunda mandataria en ese ámbito en la historia del país. Fue elegida por sufragio directo en el Estado de Tlaxca la, donde, en 1987, recibió el apoyo de cuatro de cada cinco votantes. Su cargo, repite insistentemente, es una consecuencia "lógica y natural". Porque, si se descuida, casi le salen los dientes liada entre consignas y mítines. No había ingresado en la Universidad -estudió sociología- cuando ya ella, hija única de campesino, andaba pe leando en la Confederación Nacional Campesina (CNC), filial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Antes de aquello, ayudaba a sus padres en el campo, en el Estado donde ahora gobierna y donde nació, hace 37 años, en la población de Tizatlán. "Yo quería simplemente aprender. Mi vocación inicial fue por las artes y la música, pero me vinculé muy joven a las organizaciones juveniles".Dentro del partido que gobierna México desde hace 61 años ha hecho su dilatada carrera política. Política quiere parecer, sobre todo. "Participo para ayudar a la transformación de la sociedad", dice, cuando sobre los políticos mexicanos se cierne una estridente leyenda de corrupción. "Son generalizaciones injustas", asegura.
No duda en apelar a su formación marxista y a su identidad feminista. Fue la diputada más joven en el Congreso local, con sólo 21 años, y un lustrodespués llegaría a la cámara estatal, donde permaneció dos legislaturas y pasó por media docena de comisiones. También fue viceministra de la Reforma Agraria.
"Te sientes más observada, eso sí". Ejercerá, sobre unos 800.000 habitantes, el mando político hasta 1993. Es también la máxima autoridad policial, por ejemplo, en un ámbito en elque asegura ejercer una política a favor de las mujeres. "Para nosotras, el ejercicio del poder es muy complejo, somos muy preocuponas, muy responsables", dice. El poder que casi desde niña ejercía sobre hombres y mujeres, "la sociedad mas culina campesina de mi región aceptó mi autoridad moral", dice, para asegurar que se ha librado del machismo mexicano. %Y no será que España lo exportó?", se pregunta.
Paredes ha intervenido en un curso latinoamericano sobre la mujer que ayer se clausuró en Salamanca, y abordó una reflexión sobre el futuro femenino en Latinoamérica -en el seno de una mesa redonda del Quinto Centenario-, introduciéndose en la piel de Georgina Malroux, una analista del siglo XXIII, periodo en el que se ultimaría la 11 gran revolución", en la que, por vez primera, participaron masivamente las mujeres."Pasaron tantas revoluciones hasta que se llegase a esa gran revolución...", diría otro comentarista de ficción desde sus labios. Predijo para este siglo, como germen de ese "rnovimiento telúrico desde la entraña misma del género hurnano", el acceso de las mujeres a la eduIcación, al trabajo, al sufragio, al divorcio "sin connotación de estigma social" y a los anticonceptivos. La revolución desmitificó poderes como el que ella ostenta, y aportó a éste la visión del lenguaje inconcluso, por proscrito, en lo femenino".
"El próximo milenio", diría en otro momento Beatriz Paredes, especulando sobre el futuro inmediato, "la naturaleza re¡vindicará su papel de personaje, y la mitad de la humanidad, también".
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