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LA CRISIS DEL GOLFO

La flotilla española espera a Serra en alta mar

La flotilla española del Golfo espera desde ayer frente al puerto egipcio de Hurghada la llegada de nuevas órdenes de Madrid. Esta tarde está previsto que aterrice en el aeropuerto de esta localidad jurística, a 400 kilómetros al sur de Suez, el avión le las Fuerzas Armadas en el que viaja el ministro de Defensa, Narcís Serra. Esa misma noche mantendrá una reunión de trabajo con los mandos de la flotilla y mañana visitará las embarcaciones. La fragata Santa María y las corbetas Cazadora y Descubierta realizaron durante la tarde y noche del jueves y la mañana del viernes su travesía por el mar Rojo hasta Hurghada.

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Al igual que estuvieron haciendo mientras navegaban por el mar Mediterráneo, las embarcaciones continuaron ayer con los ejercicios de adiestramiento y las maniobras de seguridad interior y zafarrancho de combate mientras que empezaban a aclimatarse al intenso calor de la zona.La ciudad de Hurghada está situada al sureste de Egipto, en la costa del mar Rojo, a unos 400 kilómetros al sur de Suez. Tiene un puerto no muy grande y un litoral con arrefices de coral que impide amarrar a lo buques de gran calado y se encuentra a mitad de camino entre la salida del canal y el estrecho de Bab el Mandeb. Es una ciudad turística que hace apenas unos años tan sólo vivía de la pesca, pero que ahora se ha convertido en un centro de atracción importante debido a la infraestructura creada para practicar allí el submarinismo y la pesca subacuática. Norteamericanos y franceses visitan esta zona con frecuencia, hasta tal punto que han tenido que dar servicio aéreo intensivo desde El Cairo, con cuatro vuelos diarios durante la temporada alta.

Una sorpresa

La elección de este puerto para la visita del ministro ha pillado por sorpresa a algunos mandos de la flota, que preferían atracar en el superpuerto saudí de Yedda. Sin embargo, Narcís Serra ha querido aprovechar el viaje para entrevistarse con su colega egipcio (como hizo la semana pasada Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Asuntos Exteriores), y era más fácil que el avión de las Fuerzas Armadas españolas hiciera todos los aterrizajes tan sólo en suelo egipcio, sin tener que desplazarse también a Arabia Saudí.

Está previsto que Serra llegue esta tarde a Hurghada, donde le estará esperando el embajador español en El Cairo, Eudaldo Miralpeix, así como el agregado militar, teniente coronel Braña. Esta misma noche mantendrá una reunión de trabajo, en el hotel, con los mandos de la flota, y mañana será trasladado en helicóptero a la Santa María y después visitará las dos corbetas.

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Nuevas instrucciones

Respecto a las nuevas instrucciones que trae el titular de Defensa, todavía se mantienen muchas incógnitas. Inicialmente estaba previsto que la Santamaría realizara sus misiones de vigilancia en el estrecho de Ormuz, junto a la flota holandesa, mientras que la Cazadora y la Descubierta lo hacían a las puertas del mar Rojo, con los barcos belgas. Sin embargo, todo parece indicar que tras la reunión de la Unión Europea Occidental (UEO) en París los planes han cambiado. Mañana domingo, una vez que el ministro abandone las embarcaciones (almorzará a bordo de la Santamaría), es probable que la flota prosiga su travesía, aunque todo depende del punto que se les haya asignado para sus misiones de vigilancia.

Posteriormente, Serra viajará a El Cairo, en donde mantendrá el lunes una reunión de trabajo con su colega egipcio, para volver a continuación a Madrid en el mismo avión de las Fuerzas Aéreas españolas que le traerá hasta Egipto.

[Serra anunció, en el programa Comedor de Invitados de RNE, su intencíón de mantener una reunión con los portavoces de los distintos grupos parlamentarios tras la comparecencia del martes en el Congreso del presidente del Gobierno, Felipe González].

La prueba de los pinchazos

"Tenemos el brazo como un colador de la cantidad de pinchazos que nos han dado desde que zarpamos de España", comentó un oficial de la fragata Santa María que no dejaba de rascarse un pequeño ronchón que tiene en el brazo derecho. El ambiente era distentido en la sala de oficiales de la embarcación, durante la reciente escala en Port Said, mientras todos esperaban recibir el parte de las autoridades egipcias autorizando a bajar a puerto.Y el tema de conversación era el de las vacunas que han tenido que ponerse los 496 tripulantes de la flotilla española en el Golfo. "¿Cuántos pinchazos me quedan todavía?", preguntaba. el comandante de la fragata Antonio Zarco Navarro al oficial médico. "¿Todavía tres?", se alarmaba Zarco. "No sabéis lo mal que lo paso. Me pueden hacer lo que sea, pero que me pinchen me sienta fatal.

Sin ir más lejos unos días antes de salir de Rota, cuando me tuvieron que sacar sangre, me desmayé allí misino", añadió el comandante sin complejo alguno.

Desde que las tres embarcaciones zarparon de Rota y Cartagena, respectivamente, las tripulaciones han tenido que someterse a cuatro pinchazos y el miércoles les faltaba recibir otros tres. Las vacunas necesarias son la antitetánica, antitifoidea y la anticolérica, con distintas dosis para cada una.

Además, los marinos embarcados en la flotilla española están tomando dos pastillas semanales, a base de quinina, para combatir el paludismo y la malaria.

"También bebemos en nuestro tiempo libre", bromea un oficial, "este fino tan bueno y vino de Rioja que nos hemos embarcado. Eso es mejor que las vacunas".

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