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Muere uno de los heridos en la matanza de Puerto Hurraco

Andrés Ojeda Gallardo, de 36 años, uno de los heridos en la matanza que los hermanos Izquierdo causaron el pasado 26 de agosto, en la localidad pacense de Puerto Hurraco, murió a mediodía de ayer, víctima de un proceso de septicemia. Con ésta, son ya ocho las personas que han perdido la vida a consecuencia de aquel suceso. Los siete primeros fallecieron prácticamente en el acto.

Por otra parte, el juez de Castuera, Casiano Rojas, concedió ayer la libertad provisional sin fianza a Antonio Cabanillas, padre de dos víctimas de la matanza y detenido el pasado día 30, según informa Efe. A Cabanillas, acusado de un presunto delito contra la vida en grado de tentativa, le encontraron tres armas blancas cuando se encontraba a las puertas del juzgado donde declaraban Angela y Luciana Izquierdo, hermanas y presuntas inductoras de los autores de la matanza, Antonio y Emilio.

Según fuentes del hospital Infanta Cristina de esta capital, donde Ojeda Gallardo estaba internado junto a los heridos más graves tras el tiroteo, la septicemia (infección generalizada) que comenzó hace unos días, resultó irreversible. Andrés Ojeda había sido intervenido para extirparle parte del bazo y del colon, así como el riñón izquierdo, destrozados por varios impactos de cartuchos de postas. El fallecido era padre de Guillermo Ojeda Sánchez, de seis años, que sufrió heridas gravísimas esa noche. Ayer, el pronóstico del niño era de "menos grave".

Los restantes ocho heridos evolucionan favorablemente, a excepción de Isabel Carrillo Dávila, de 68 años, que sigue "muy grave", y Antonio Cabanillas, de 25 años, con "sección medular y parálisis de las piernas".

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