Los 'blues' de aquí

"El blues tuvo un hijo que se llamó rock and roll". Esta frase del famoso bluesman Muddy Waters da una visión clara de lo que este estilo musical ha significado para la cultura de la música pop, es decir, para toda una generación juvenil que nació con Elvis y sobrevive con Prince. El blues en su más puro estilo -no confundir con el jazz- también tiene su representación en una ciudad tan ecléctica como Madrid. Los garitos de blues se distribuyen por tres zonas de Madrid: Sol, Atocha y Malasaña.Son locales pequeños, ardientes, pegajosos, pero sobre todo acogedores y entrañables. El humo sale a borbotones por las pequeñas ventanas, el interior es estrechísimo, la gente se agolpa; evidentemente, está tocando un grupo, se oye armónica y guitarra, se mastica sentimiento.

Como colofón estamos en el kilómetro cero, en una pequeña bocacalle llamada Las Hileras. El local no puede tener otro logotipo que un viejo bluesman de color, fumando y tocando un destartalado piano con una cerveza encima. Coquette Blues Bar es su nombre, y cerveza, lo que más se consume.

Un poco más arriba, en plena calle de las Huertas, está el café Populart, que se distingue básicamente por sus actuaciones en directo. En este tipo de locales no se ven apenas quinceañeros, no son propicios para el ligue. El personal oscila entre 25 y 40 años. "Viene todo tipo de gente", dice Arturo González, encargado musical de la sala, "hay una especie defans de cada grupo".

Alejados de los grandes locales

Al ofrecer el café Populart música en vivo todos los días, los grupos de blues suelen tocar dos y hasta tres días consecutivos, con lo que se les puede considerar como unos de los que más actúan en directo, sobre todo en invierno. "Solemos tocar unas seis o siete veces al mes", comenta Ñaco Goñi, armonicista de la Toriky Blues Band, "sin embargo, lo considero poco, ya que el blues es una música de directo, de contacto con el público, y eso sólo se consigue tocando".

Lejos de los grandes escenarios de las plazas de toros y campos de fútbol, estos grupos gustan de tocar en pequeños locales. "He ido a la barra a por una copa y se ha tenido que apartar el guitarrista para que pudiera pasar", comenta asombrado un profano en este tipo de locales.

Aparte de Tonky Blues Band, que son los que más actúan, han pasado por el escenario del café Populart grupos como, por supuesto, Rhythm and Blues, The Blues Sharks y, un poco más entroncados con el country, Cañones y Mantequilla.

La calle de San Vicente Ferrer no podía estar indiferente ante una música que se caracter¡za "porque te llega al corazón". El local se denomina California Blues Bar y se pueden escuchar "las lamentaciones de un grupo de hombres de color mientras trabajan recogiendo algodón". Porque de ahí nació el blues. "Son historias crudas, de la calle, que tienen de todo menos frialdad, es puro sentimiento", dice emocionado Enrique, un amante del blues que frecuenta asiduamente alguno de estos tres locales.

Saben que no son un movimiento de masas, que su música no será escuchada en emisoras comerciales ni serán vistos por televisión. Sin embargo, no les preocupa. "A lo mejor, si los grupos aparecieran en las listas de los irnás vendidos perderían su encanto y su autenticidad", señala, resignado, Enrique.