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La duda de Israel

En Israel comienza a existir la duda de si el presidente Bush tiene verdaderamente la intención de luchar, de expulsar a los iraquíes de Kuwait y poner fin, definitivamente, al peligro mortal que tiene por nombre Sadam Husein.Los expertos militares israelíes saben bien que Estados Unidos no dispone todavía ni de bastantes tropas terrestres, ni de suficientes tanques en Arabia Saudí para poder medirse con las divisiones blindadas de Sadam en un intento de liberar Kuwait.

Sin duda, los americanos tienen una superioridad aérea aplastante, pero los bombardeos aéreos no han ganado nunca una guerra, ni durante la Segunda Guerra Mundial, ni en Vietnam. El resultado de una guerra se decide en tierra.

Pero el presidente Bush duda. Decide llamar a 80.000 reservistas y después anula el llamamiento. Tres días más tarde decide llamar a 40.000 reservistas para enviarlos a Arabia Saudí.

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Con cada día que pasa, la situación de Estados Unidos se hace más dificil. Los rehenes americanos y europeos que se hallan en manos de Sadam dificultan la toma de decisiones y restringen la libertad de maniobra de Bush.

Fuerzas iraquíes han desembarcado en Yemen para, eventualmente, coger en tenaza a las tropas de Estados Unidos estacionadas en Arabia Saudí, y puede también que para atacar Omán.

El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Shevardnadze, ya ha declarado que no hay que rechazar sin examen la última propuesta diplomática de Irak, propuesta que juzga "interesante". (Como es sabido, ,Sadam ha propuesto la retirada de todas las fuerzas que ocupan territorios extranjeros en Oriente Próximo. Por su parte, Francia se ve cortejada por Sadam Husein, que la considera como el eslabón débil dentro de la coalición antfiraquí edificada por Estados Unidos.

El presidente Mubarak, inundado por el flujo de decenas de mi les de obreros egipcios que huyen de Kuwait, y temeroso de la labor de zapa de los fundamentalistas islámicos, vería con agrado el que la crisis no desembocara en una guerra, sino que fuera resuelta por la vía negociadora.

A menos que un incidente imprevisto llegara a prender fuego a la pólvora, Bush -presionado por sus aliados europeos y árabes- se dedicará- a buscar una solución diplomática que pueda asegurar la retirada iraquí de Kuwait y la liberación -de los rehenes occidentales. Si Sadam Husein puede salvar la cara, por ejemplo, obteniendo concesiones de Kuwait en el tema del petróleo, también habría tenido la suerte de evitar un enfrentamiento militar que podría devastar Irak y poner fin a la carrera de su presidente vitalicio.

"Estados Unidos y el resto del mundo industrializado, desde Japón a Canadá y el Reino Unido, se sentirán aliviados de haber remontado la amenazadora crisis y de haber podido restaurar, aunque sólo fuera temporalmente, la estabilidad en esta región", nos dice un alto funcionario del Ministerio de Defensa israelí. 'Israel seguirá teniendo que enfrentarse a la amenaza iraquí. y a la perspectiva de ver a Sadam Husein en posesión del arma atómica de aquí a tres o cinco años. Hoy, Estados Unidos puede agradecer a Israel el haber destruido el reactor nuclear de Bagdad en 1981; hoy, Alemania Occidental detiene a los hombres de negocios que han suministrado a Irak los equipos y la tecnología necesaria para la fabricación de armas químicas. Pero, una vez restablecida la paz del petróleo, el comercio lucrativo entre Europa e Irak continuará. "No nos hacemos ninguna Ilusión al respecto", concluye amargamente el funcionario israelí.

Las vacilaciones de EEUU incomodan a los israelíes. En verdad, el hombre de la calle empieza a tener miedo aquí. Sabe que Sadam no esta loco, pero su ambición devoradora y delirante pueden hacerle perder la cabeza; conoce el odio de Sadam hacia Israel, la abominable entidad sionista; ha visto también el entusiasmo de las masas árabes por todas partes, incluso entre los árabes y los palestinos de Israel, cuando el dictador iraquí proclamó su intención de "liberar Palestina con la espada de Alá".

Tampoco una simple retirada iraquí de Kuwait satisfaría a los israelíes, si Sadam y su régimen no son destruidos.

"Los americanos y los europeos no son vecinos de Sadam. Nosotros, en Israel, sentimos en el cuello el aliento de este monstruo, que debe ser aplastado como una bestia del mal y, si es necesario, mediante la bomba atómica", dice pausadamente, en el transcurso de una comida, un simpático israelí conocido por sus ideas liberales y humanitarias, en medio del asentimiento de otros comensales.

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