La apuesta por la solidaridad
Entre una opinión pública que no se siente concernida y su solidaridad con el mundo occidental en lucha contra el invasor Sadam Husein, el Gobierno español ha optado por esta última al confirmar el martes en París el envío de una flotilla al golfo Pérsico. Pero cuando hizo este anuncio sólo había conseguido una de las dos "coberturas" internacionales con las que el ejecutivo deseaba arropar su decisión: la unanimidad de los ocho miembros de la Unión Europea Occidental (UEO) que poseen una marina de guerra para destacar sus buques en el Golfo, el Mar Rojo y el Mediterráneo oriental. La otra tutela que todavía no ha obtenido es la de Naciones Unidas. Aunque el ministro de Defensa, Narcís Serra, dijo en París ante la prensa que la expedición naval española es "similar" a las efectuadas por los contingentes españoles en Centroamérica o Namibia para el mantenimiento de la paz hay una diferencia substancial. En estos dos últimos teatros de operaciones las fuerzas españolas sí que están apadrinadas por la ONU.Izar el pabellón azul
En su deseo de que los buques españoles puedan izar también pronto el pabellón azul de Naciones Unidas, el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, insistió con éxito en que se insertase en el comunicado final de lá reunión de la UEO un llamamiento al Consejo de Seguridad para que tome medidas que incrementen la eficacia del embargo. Con otras palabras se le insta a proporcionar un "paraguas" legal a la fuerza multinacional para que aplique contundentemente las sanciones.
De la inexistencia de una "cobertura" de la ONU se deriva la carencia de doctrina común entre los europeos sobre el uso de la fuerza para impedir que los barcos mercantes trasgredan el embargo. Serra dejó claro que, para España, inspeccionarlos no es "disparar".
Pero el Reino Unido y, en menor medida, Francia opinan que no bastará con cañonazos de intimidación si el mercante no se detiene. Preguntado si el recurso a la fuerza es criterio predominante en los integrantes de la UEO, su secretario general, el holandés Willen van Eekelen, dijo: "En principio, sí".
Las contradicciones que todavía conlleva la expedición europea al Golfo saltan a la vista. Aun así, opinaba un diplomático español, es mejor que se aproveche la ocasión para demostrar que la mayoría de los socios de la CE no sólo son capaces de proclamar su empeño de hacerse cargo colectivamente de su seguridad sino que dan incluso algún tímido paso en esa dirección.
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