Socías: "Fue angustioso"
"Una aventura que no deseo a nadie", asegura desde Bagdad el español detenido en Kuwait
Son las ocho de la mañana en Bagdad. Después de varios días de infructuosos intentos, la actitud de la telefonista hace presagiar que esta vez sí habrá suerte y lograré la comunicación con Carlos Socias, que reside desde el pasado día 10 en la casa de Marcos Vega, secretario de la Embajada de España en Irak. Unos minutos de espera y, al otro lado de la línea, alguien pregunta quién llama. Es la voz, nítida y tranquila, del hombre más buscado de España, cuya aventura se inició el pasado día 2, cuando fue detenido por las tropas iraquíes que invadieron Kuwait. Su historia se resume en dos palabras: "Fue angustioso".
"Te voy a contar una aventura que no se la deseo a nadie. Yo dormía tranquilamente en el hotel Sheraton de Kuwait. Lo tenía todo preparado para tomar ese mismo día 2 el avión de vuelta a Barcelona. De pronto, a las seis de mañana, sonó el teléfono"."Llamaban de recepción para decirme que nos encontrábamos en una situación de emergencia. Me vestí y bajé al vestíbulo del hotel. Allí estaban ya los soldados iraquíes. Fue entonces cuando comenzó la aventura".
"Todos los huéspedes estuvimos dos días detenidos en el hotel. Podíamos movernos dentro del edificio, pero no se nos permitía salir. La noche del segundo día nos metieron a 31 personas dentro de un autobús y viajamos toda la noche con destino desconocido, hasta que nos bajaron en un campamento militar de Basora [cerca del sur de la frontera entre Irak e Irán]. En el camino nos dieron algo de comer y de beber".
"No nos trataron mal, pero la tensión era horrible. No sabíamos qué querían de nosotros. Los soldados nos contaron que lo hacían para proteger nuestra seguridad, pero los que allí estábamos, estadounidenses, ingleses, franceses, italianos, finlandeses, de todas las nacionalidades menos árabes -a los que estaban en el hotel los mandaron a sus casas o los separaron de nosotros-, no dejábamos de hacernos preguntas".
"A la noche siguiente volviinos a emprender viaje. Aquel día, el 6, amanecimos en otro campamento militar de las afueras de Bagdad, donde permanecí hasta la mañana de¡ día 10. Comía rancho -prefiero no hablar de esos platos ahora- y trataba de dormir, lo que apenas conseguí".
"Sentía una angustia enorme. Lo menos llevadero era la tremenda incógnita que se abría sobre el futuro. Los soldados me decían que no me preocupara, pero es lo único que haces en esas circunstancias. Era espantoso no saber qué sucedería pasados cinco minutos. Te pasa todo por la cabeza, desde la muerte a la liberación, y a través de las más diversas situaciones intermedias".
"Un rayo de esperanza"
"Antes de salir del campamento, me dijeron que las autoridades iraquíes se habían puesto en contacto con mi embajada y que me iban a entregar. Cuando me subí al coche, no creía nada. También me habían dicho que permanecería en el campamento unas horas, y llevaba cuatro días; sin embargo, existía un rayo de esperanza. Otros de los que- llegaron conmigo estaban ya fuera".
"Me llevaron a un hotel. Yo miraba por la ventana y, de pronto, ¡puñetas, vienen a por mí!, se aproximaba un coche con la bandera de España. Apenas podía creerlo: ¡me iban a liberar y era cierto! Me quitaron de encima todos los años del mundo que habían caído sobre mis 31. Todos se fueron cuando lo vi llegar".
"Bueno. .., entonces empezó el segundo capítulo de la aventura que es salir de Irak. De esto ya no tengo ni idea de cuándo y cómo puede suceder"
"Me siento bien, pero tengo unas ganas impresionantes de volver a casa. Sé que el embaja dor lo está negociando con las autoridades iraquíes. ¿Cuándo lo logrará? Nadie lo sabe. Echo muchísimo de menos a las personas, especialmente a mi mujer,y a mis dos hijos. Son muy pequeños. El mayor tiene tre años y medio, y el menor, uno Creo que al mayor tendré que explicárselo todo, pero lo haré de forma muy sencilla, para que me entienda".
"Quiero expresar mi agradecimiento a todos aquellos españoles que sé que han estado pendientes de mi vida. A los medios de comunicación y al Gobierno, por su preocupación que les ha llevado a encontrarme".
"Ahora tengo la seguridad de que estoy bien, aunque no de cuándo podré volver a Barcelona. No sé muy bien por qué ha pasado todo esto, ni tengo información sobre si hay guerra o no. De momento, no quiero saber nada, ni de política, ni de trabajo, ni de Irak, ni de Oriente Próximo. Mi objetivo es uno solo: volver a España y tomarme unas largas vacaciones; después, ya pensaré en el futuro".
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