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Reportaje:NOCTURNO MADRILENO

Las fierecillas domadas

Hubo un tiempo en que Madrid llegó a tener hasta dos reservas naturales donde las fieras caminaban en libertad con cara de saberse hasta el Código de Circulación. Abierto desde 1972, en 80 hectáreas propiedad del marqués de Griñón, El Rincón es el único lugar de nuestra comunidad, y casi de toda Es afta, donde uno puede presumir de haber mirado a los ojos de un león de carne y hueso.Existe una serie de recintos que pueden visitarse a pie, pero la auténtica sensación de safari sólo se consigue sobre las cuatro ruedas, obligatorias en las zonas de animales con cierta agresividad.Maribel Ayala, relaciones públicas de la reserva, recuerda la ocasión en que un mono quiso visitar la zona donde viven los leones y acabó devorado entre sus fauces. "La mayoría de los animales ha nacido en cautividad, pero el león nunca pierde el instinto cazador ante una posible pieza" .Sean sensatos y suban las ventanillas para pasear por la sabana madrileña. Otra anécdota explica la ausencia de los tigres retirados del circuito por su afición a reventar más de un neumático.

'El terror de los bisontes'

A la entrada del safari se encuentra Zapardiel, un búfalo anciano, líder entre los herbívoros y catalogado como el terror de los bisontes, animales con los que mantiene ciertas diferencias. Paseando por la reserva aparecen aquellos extraños bichos que de niños coleccionábamos en cromos Vida y color. El buey watusi, con los cuernos más grandes del mundo. Un elegante antílope gigante africano. Un patoso y medio adormilado rinoceronte.

Bellísimos ejemplares de gamos con la cornamenta aterciopelada, una altiva pareja de avestruces Con sus siete jóvenes y hambrientas crías, el toro azul, la vaca sagrada de India, cabras de cuatro cuernos, ñus, osos que meten el morro por la ventanilla en busca de algo para picar y los pegajosos chimpancés y los no menos insistentes monos, que para vengarse de quienes les atajamos en la evolución asustan a las visitas jugueteando con la antena de los coches y obligan a circular con los cristales bien subidos, rozando la lipotimia y con un par de papiones de Guinea adosados al parabrisas.

Uno puede pasar mucho calor, pero nunca tanto como el peludo yak de origen tibetano, animal que presta su grasa para ritos sagrados y cuya leche, de color rosa, parece ser exquisita.

Lo más chistoso es saber que puedes dirigirte a un animal como llamarías a tus primos. El camello Manolo es toda una estrella de la televisión. Iríbar, la Loca y la Vieja son tres rinocerontes blancos obsesionados por la higiene. Federico y Julián son dos zorros a los que la relaciones públicas Maribel Ayala calentó los biberones en su propio hogar. Jorge y Moncho, los cerdos barrigudos más célebres de El Rincón de Animales Mansos; Emilio, el loro que ríe cuando se le antoja; y el safari propone un concurso entre los escolares para bautizar a la hija de Ana y Alfonso, la primera jirafa madrileña de nacimiento, que mide más de dos metros y aún no sabe rumiar. Todavía el toque surrealista es patrimonio exclusivo de los seres humanos.

La huella de Durrell

En un completísimo insectario digno de Gerald Durrell, donde los preciosos escarabajos disecados forman todo un catálogo de bisutería y las mariposas nos descubren la verdadera psicodelia, alguna señora capaz de pasear entre hipopótamos tiembla al pensar que tanto bicho pudiera cobrar vida y echarse en cualquier momento a volar. Junto a la clínica veterinaria se encuentra un autoservicio donde una ración de chuletas, una ensalada y un flan puede costar unas 1.500 pesetas. Siempre queda recurrir a la tartera casera. Si nadie le garantiza el compartir sus emparedados con el oso Yogui, sí podrá adentrarse a comer en alguno de los bancos por donde cada fin de semana alternan tres educadas y parsimoniosas elefantas.Entre el paseo a pie por el minizoo o el descubrimiento de u a gallina a lunares, uno puede darse más de un chapuzón en a piscina hasta la hora en que las aves rapaces hacen su exhibición, un proyecto que nació dirigido por Félix Rodríguez de la Fuente y que durante el verano se programa todos los días a las siete de la tarde.

Para muchos, la reserva resulta un tanto grande y vacía. Ante los precios abusivos que tiene una jirafa -más de dos millones de pesetas; un elefante, casi tres-, lo retiradas que quedan las reservas kenianas y la prohibición de importar animales africanos, vale más pensar en dar un amplio espacio a estas fieras domadas.

Para verlo todo

Cómo llegar. Aldea del Fresno. A 50 kilómetros de Madrid. Por la carretera de Extremadura a Navalcarnero. Abierto todo el año de 10a 20 horas. Entrada: adultos, 1.500 pesetas; niños, 1.000 pesetas. Casete explicativo del recorrido del safari, 100 pesetas.Recorrido a pie. Anfiteatro: rapaces y serpientes. Atracciones y animales mansos. Aviario, insectario y acuario.

Minizoo. Hotel, restaurante, tiendas, etcétera.

Recorrido en coche. Dos secciones de herbívoros africanos, animales euroasiáticos y americanos, leones africanos.

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