Un enfermero ha estado una semana en la Modelo por un error judicial
Javier Ortiz Guillamón, de 35 años, ha estado una semana en la cárcel Modelo de Barcelona por un error judicial. Fue confundido con un delincuente y esta dramática peripecia le ha dejado secuelas: ha perdido una plaza de enfermero a la que se tenía que haber incorporado cuando estaba en prisión y actualmente está en tratamiento psiquiátrico.
"Venía de la playa y decidí ir a la comisaría porque una antigua vecina me dijo que la policía había preguntado por mí. Me presenté y pregunté qué pasaba. Un agente me dijo que tenía una orden de busca y captura. Me esposaron, y al calabozo", explica.
En octubre del año pasado, alguien abrió el coche de Javier Ortiz y le robó la documentación. Este denunció la sustracción, le hicieron un duplicado y se olvidó del asunto. Cuando el pasado 17 de julio fue a la comisaría, pensaba que le buscaban porque habían encontrado sus documentos. Pero no fue así. "Me esposaron y me leyeron los derechos. Yo no entendía nada y sólo preguntaba qué pasaba".
De la comisaría fue trasladado a la Jefatura Superior de Policía, y de allí, al día siguiente, a los calabozos del Palacio de Justicia. Pasaron las horas y al llegar la tarde, cuando el juez decidió a quién dejaba en libertad y a quién no, Javier esperaba la libertad. Pero se equivocó.
Huellas
Ya en la Modelo, le volvieron a tomar las huellas. "Me dieron una colchoneta, una sábana y fui a parar a la celda 256 de la tercera galería". Los otros dos compañeros de celda le comentaron que había tenido suerte de no ir a la cuarta, la más dura.Pasó otro día sin tener ningua noticia del exterior. "Pasó una abogada y me dijo que me buscaban por un atraco a un supermercado que había hecho con otros dos. Los dos estaban en la prisión de Figueres [Gerona] y me dijo que yo también sería trasladado". Mientras, su hermano llevó unas fotos al juzgado para que comprobaran que se trataba de un error de identificación.
El lunes pasado le fueron tomadas otra vez las huellas. "Pensé que ya se habían dado cuenta del error. Pero pasó todo el día, y el martes también. Seguro que en el juzgado se tomaron con calma lo de revisar las huellas", dice Javier. El miércoles quedó libre. Salió de la prisión a las cuatro de la madrugada. Ahora está en tratamiento psiquiátrico. "No duermo y tiemblo cada vez que veo pasar un coche de policía, porque lo peor de lo que me ha pasado es que puede repetirse", asegura.
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