Marilyn Quayle
Una lección de medicina preventiva
Su esposo, Dan Quayle, vicepresidente de Estados Unidos, es el protagonista de todos los chistes inimaginables y el centro de una de las polémicas políticas más intensas de la historia de este país. Sin embargo, su esposa ha puesto estos días el nombre de los Quayle en su sitio y ha demostrado a las mujeres norteamericanas cómo se debe luchar contra el cáncer. Marilyn Quayle abandonó el pasado miércoles el Bethesda Naval Hospital, donde hace una semana fue sometida a una intervención quirúrgica para prevenir un cáncer de matriz.
La esposa del vicepresidente conoció el riesgo que corría a principios de este año, poco después de ser sometida a un papanicolau, la prueba que permite detectar si existen células cancerígenas en el útero. Los resultados fueron positivos y la esposa de Quayle, de 41 años de edad, fue sometida a una histerectomía parcial que ha resultado ser un éxito. El caso de Marilyn Quayle ha servido como ejemplo para millones de mujeres norteamericanas que aún no practican la medicina preventiva porque siguen sin creer que un simple análisis puede llegar a salvar sus propias vidas.
La segunda dama de EE UU es a bogada, madre de tres niños, y curiosamente ha sido siempre una mujer interesada en la prevención del cáncer en las mujeres. Sin temor a equivocarse se puede afirmar que Marilyn Quayle es en estos momentos una figura con más carisma que su propio esposo.
Marilyn y Dan Quayle se casaron en 1972. Ella es la sobrina de un secretario de Estado de Indiana, y su boda con el actual vicepresidente fue una de las bodas del siglo en aquel Estado. La vida de Marilyn siempre ha despertado un gran interés entre el público norteamericano. Ella es el fiel reflejo de la generación de los baby-boom. Es el perfecto retrato de la madre con estudios avanzados a la que le gusta la familia y cuida todos los detalles de sus hijos.
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