El juez investiga la muerte de una reclusa a la que se diagnosticó amigdalitis

El juez de Vigilancia Penitenciaria, Josep Maria Bachs, ha abierto una investigación por la muerte de una reclusa de la cárcel de WadRas, de Barcelona; Pilar Hernández Fernández, a la que los médicos de la prisión diagnosticaron una amigdalitis, de acuerdo con una denuncia presentada ayer. La reclusa falleció el 13 de julio en el hospital Clínico, donde ingresó tras permanecer nueve días con friebres altas en su celda, junto con otras seis internas.

La causa de muerte no ha sido establecida, pero los primeros resultados indican que la reclusa sufrió una infección generalizada. La directora de la prisión, Paula Montero, negó ayer que el fallecimiento fuera consecuencia de una actuación negligente. La reclusa, de 32 años, cayó enferma el 28 de junio, día en que acudió al servicio médico de la prisión. De acuerdo con la denuncia, una doctora le diagnosticó admigdalitis y le prescribió el antitérmico Febrectal.Desde el 28 de junio hasta el 6 de julio, la interna padeció fiebres de hasta 40 grados. Las otras reclusas de la celda insistieron en que su compañera debía ser trasladada a un hospital, al ver que la fiebre persistía y que tenía dificultad para respirar.

La directora de la prisión, Paula Montero, afirmó que una de las doctoras del centro sometió a la mujer a distintos tratamientos, por sospechar que se podía tratar de una salmonelosis o de un proceso viral, como hepatitis.

El 6 de julio, la reclusa acudió al hospital Clínico, donde se le realizaron varias pruebas, y regresó a la prisión, de acuerdo con la denuncía. Según la misma versión, los médicos del hospital pidieron el ingreso de la mujer, ya que era portadora del virus del sida. Al cabo de siete días, la reclusa falleció. Todavía se desconocen las causas exactas de la muerte, atribuida, en principio, a un proceso infeccioso generalizado. El juzgado número 23 de Barcelona, que ha abierto diligencias sobre el caso, ordenó la práctica de la autopsia.