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El heredero del 'jefe'

Cardús lucha por ocupar el trono de Pons

Sito Pons está casi curado de su grave accidente en Rijeka (Yugoslavia). El jefe, todavía bicampeón del mundo de motociclismo en la categoría de 250cc, asiste entusiasmado a la rehabilitación deportiva de Carlos Cardús, por el que siente un afecto especial. Sito, que tuvo en su equipo a Tiriti, como apodan a Carlos sus amigos, comparte la tesis de que Cardús ha tenido mala suerte en su carrera deportiva y se sentiría orgulloso de entregarle la nueva corona. Claro que a Cardús le ha tocado pelear con uno de los hallazgos más sorprendentes de los últimos años: el norteamericano John Kocinski, el niño de Kenny Roberts.

"Cardús está harto de que le pase la gente por encima, de que nadie le crea un candidato al título mundial, y un día de estos estallará, nos dará una sorpresa y acabará con todas las historietas que rodean su sorprendente vida deportiva". La frase corresponde a uno de los representantes españoles que más saben de motos y fue pronunciada en el vuelo a Japón, seis días antes de que diesen comienzo los Campeonatos del Mundo de velocidad.Puede que Cardús, segundo del Mundial de 250cc a tan sólo siete puntos de Kocinski a falta de cinco grandes premios, no haya destruido toda la leyenda que le ha rodeado hasta ahora, pero sí le ha metido ya dos o tres mordiscos a su gris historia. Después de unos inicios fulgurantes, en los que conquistó tres títulos nacionales de 250cc consecutivos (1981, 1982 y 1983) y uno europeo (1983), ha habido que esperar demasiados años para ver a Tiriti subido en lo más alto del podio -sucedió la pasada temporada en Francia-, pero ha valido la pena.

Cardús, al que han superado en fama y dinero gentes de su misma quinta, como Pons, Aspar o Garriga, no parece dispuesto a esperar más. Sabe que le quedan este año y otro para proclamarse campeón del mundo o deberá cerrar el libro de su vida sin título de prestigio alguno.

Cardús, nacido en Tiana (Barcelona) el 26 de septiembre de 1959, es muy amigo del norteamericano Eddie Lawson (Yamaha), actual campeón del mundo de 500cc, y con él se ha entrenado en la pretempórada se supone, aunque no lo ha contado, que Eddie le ha recomendado que gane unas cuantas carreras, pero que, sobre todo, ni se caiga ni rompa y que intente acabar entre los cinco o tres primeros en cada carrera. Cardús está siguiendo al pie de la letra los consejos de Lawson.

Empezó el año tanteando a sus adversarios, pero sin dejar de puntuar: segundo en Japón, sexto en Estados Unidos, cuarto en España e Italia y segundo en la RFA. No se inmutó por que Kocinski ganara tres de esos cinco grandes premios y, tras abandonar en Austria, ganó en Yugoslavia, fue segundo en Holanda, tercero en Bélgica. Ahora acaba de vencer de nuevo en Francia. "Un Mundial se gana en plan hormiguita y no sirve de nada ser espectacular o alegre como el champaña", dijo a su regreso.

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