El Gobierno cubano acusa a España de injerencia y dice estar muy dolido

El Gobierno cubano "está muy dolido y muy sentido por las declaraciones" efectuadas por el responsable de la diplomacia española, Francisco Fernández Ordóñez, y entiende que constituyen "una injerencia" en los asuntos internos de su país. Así lo declaró ayer en conferencia de prensa el primer viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, José Raúl Viera, sobre el que recae el peso de las negociaciones para intentar resolver el enfrentamiento entre España y Cuba por la llamada crisis de los refugiados.

Los nueve hombres que irrumpieron en la representación diplomática española en la madrugada del pasado sábado, y de quienes se sospecha puedan ser agentes cubanos, amenazaron ayer con declararse en huelga de hambre por el trato discriminatorio que reciben, en su opinión, respecto al que se da a las otras nueve personas que pretenden obtener el estatuto de refugiado político.Viera insistió ayer en que su Gobierno no negociará específicamente con el de Madrid el tema de los 18 cubanos que se encuentran en la Embajada, si bien asegura estar dispuesto a dar todo tipo de garantías de que aquellos que lo deseen podrán, una vez hayan abandonado el recinto diplomático, solicitar formalmente su. salida de Cuba.

Fernández Ordóñez confirmó ayer en Madrid que los canales de diálogo entre España y Cuba siguen abiertos. El titular de Exteriores recibió ayer al embajador español en Cuba, Antonio. Serrano de Haro, al día siguiente de que el diplomático llegara a Madrid para evacuar consultas.

Viera atribuyó a la parte española toda la responsabilidad en la crisis surgida en las relaciones entre dos países que, fueran cuales fueran sus respectivos regímenes políticos (Francisco Franco nunca rompió con la Cuba comunista), siempre han mantenido excelentes vínculos.

"Estamos trabajando en una línea de diálogo con las autoridades cubanas para encontrar una salida negociada", afirmó ayer Fernández Ordóñez. La crisis, en opinión del actual responsable de la Embajada, Ignacio Rupérez, "puede durar meses".

Páginas 2 y 3

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