La larga agonía de la música en vivo

La efervescencia que comenzó a principios de los ochenta con la llamada movida madrileña y que convirtió a la ciudad en centro neurálgico del mundo de la música es apenas un bonito recuerdo que después de los últimos acontecimientos hasta parece un sueño. Hace escasamente diez días, uno dé los últimos locales que ofrecía música en vivo, la sala Ya'sta, ha tenido que cerrar las puertas a ésta por orden municipal. Los promotores de conciertos internacionales están calibrando la posibilidad de considerar a Madrid como un lugar vetado.

Algunos se llevarán las manos a la cabeza. ¿Música en vivo? ¡Pero si este año hemos tenido a los Rolling y a Prince -ayer mismo- hasta en la sopa y todavía faltan por venir Madonna y Davie Bowie!Es cierto, pero la gente se para poco a pensar que los Rolling Stones no empezaron a tocar en estadios con capacidad para 60.000 personas, como recuerda Carlos Díaz, propietario de la sala Ya'sta. "Los Stones comenzaron a tocar en un local londinense que se llama, porque todavía existe, Marquee, en el cual no caben más de 500 personas, o sea, como mi local. Esto quiere decir que están cortando de raíz donde se genera toda la música, la cuna".

Y concluye desolado: "Gente que empezó aquí está actuando ahora en grandes escenarios. No pueden echar por tierra las ilusiones de muchos músicos para llegar a vivir algún día de esto".

Emigrar a la periferia

Con esta situación, los promotores de conciertos internacionales están calibrando la posibilidad de considerar a Madrid como un lugar vetado para que los grupos actúen aquí."Esto es irracional", afirma José Luis de la Peña, único promotor de conciertos de este ámbito y propietario de la tienda de discos Record Runner. "Tengo contratados a más de 10 grupos a partir de septiembre y no se en dónde van a poder actuar. Ante la desesperada situación estamos buscando", continúa José Luis, "un local, pero a las afueras de Madrid, quizá en un pueblo cercano. Pero, claro, esto trae consigo la dificultad suprema de trasladar al público hasta allí. La verdad es que estamos muy preocupados".

Dejar la profesión

Los músicos, mientras tanto, barajan la posibilidad de dejar definitivamente esta profesión ante el futuro poco halagador que se les presenta. José Luis de la Peña, que aparte de promotor es el bajista de Los Elegantes, opina como músico: "Nunca nos habíamos encontrado en una situación como ésta. Madrid, que era el centro de la música en vivo, donde todos los grupos soñaban con venir a tocar, se está convirtiendo en ciudad prohibida para la cultura musical".Grupos un poco más pequeños, de los cuales se nutren estas salas, caso de Domingo y los Críticos, ven pocas perspectivas para lograr una solución. Un componente de este grupo explica la situación como una "ola de puritanismo que está invadiendo toda Europa". "Creo que las leyes son muy antiguas y habría que actualizarlas acorde con los años noventa", concluye.

El parecer general de los afectados es que la legislación que se aplica es caduca y no existe una comunicación fluida con las autoridades. Cuando los propietarios de los locales ponen la mano en el fuego y aseguran que cumplen todas las condiciones, el Ayuntamiento afirma que falta algo. El problema es determinar el qué.

"A partir de mañana no programe más música en vivo". Con estas palabras recibió el concejal presidente del distrito Centro Ángel Matanzo, del Partido Popular, al propietario de la sala Ya'sta. ,

Por supuesto, Carlos Díaz cumplió con el mandato del concejal. "Tengo todos los papeles en regla", afirma, "pero no pido favoritismos; sólo el cumplimiento de las leyes, ya que si éstas se llevaran a efecto, tendrían que cerrar incluso la plaza Mayor. Son leyes arcaicas: se tendría que redactar un nuevo reglamento".

Todavía no sabe las causas por las cuales no debe programar más actuaciones en vivo, pero ante la posibilidad del cierre definitivo del local prefiere acatar la sentencia, a la espera de recibir algo más que un consejo del concejal.

A pesar de esta situación los afectados no pierden la esperanza. "Seguro que en septiembre vuelve a haber conciertos", afirman confiados los propietarios, los promotores y, sobre todo, de los músicos, que en definitiva son los que más están sufriendo las consecuencias.