Parte de la dirección del PSUC propone que su próximo congreso sea el último
Una parte de los dirigentes del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), el partido histórico de los comunistas catalanes, que el día 21 conmemorará el 54 aniversario de su fundación, ha propuesto que el próximo congreso, previsto para 1992, sea el último, el de la desaparición. Los dirigentes del PSUC llevan meses buscando la fórmula para hacer frente de forma definitiva a la crisis general del comunismo. Una parte de ellos, entre los que figuran los más próximos al secretario general y presidente de Iniciativa per Catalunya (IC), Rafel Ribó, cree que carece de sentido mantener a un partido que se defina como comunista.Para que la desaparición sea defendible ante la militancia, el PSUC necesita, sin embargo, acelerar la consolidación de Iniciativa, la federación que forma junto a los nacionalistas de izquierda, como fórmula que permita continuar su actividad actual, aglutinar su militancia y mantener su cuota electoral. De esta forma, la desaparición sería una transformación.
El congreso del PSUC se celebrará en 1992, después de las elecciones municipales y de las autonómicas. Para entonces, los comunistas catalanes habrán despejado la incógnita actual sobre la repercusión electoral en Cataluña del hundimiento de los regímenes comunistas del ex bloque soviético. Esta repercusión, entre otros aspectos, se ha hecho notar en los resultados cosechados por los comunistas en las elecciones andaluzas, en las que han perdido el 30% de los votos.
Para que no les suceda lo mismo que a sus correligiónarios andaluces, los comunistas catalanes están decididos a impulsar a fondo la conversión de Iniciativa en una fuerza socialista, enraizada en el movimiento obrero pero interclasista y fuertemente impregnada de la cultura ecologista. Además, se proponen incrementar su presión sobre el PCE para que evolucione en la misma dirección. Uno de los aspectos que más preocupa al PSUC es que la resistencia del PCE a extraer todas las conclusiones del crac mundial del comunismo salpique también al partido catalán, proyectando sobre él la imagen de inmovilismo ideológico.
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