Albania facilitará la salida de los refugiados
Las autoridades albanesas autorizaron ayer a los cerca de 5.000 refugiados en las embajadas occidentales de la capital, Tirana, a abandonar el país, después de cumplir las formalidades necesarias, bajo la protección de los diplomáticos de las misiones en las que se hallan actualmente, según afirmó la agencia húngara MTI, citando al cónsul de ese país, Karoly Loincsek. La crisis de los refugiados tuvo ayer otra secuela política: la sustitución Miministro del Interior, Simon Stefani, al finalizar la reunión de dos días mantenida por Partido del Trabajo Albanés (PTA, comunista). Hekuran Isai ocupará la función de Stefani.
Éste, miembro de la línea dura del partido, pasa a presidir la comisión de Estado de Control. Tres miembros del buró político también fueron sustituidos. Los observadores relacionan este reajuste de Gobierno con la crisis de los refugiados en las embajadas, que parecía entrar ayer en una vía de solución.El ministerio de Exteriores albanés pidió a las embajadas la tramitación de solicitudes de pasaportes para los albaneses que se hallan en sus sedes en Tirana, según la agencia MTI. Una vez cumplimentadas las solicitudes serán de vueltas a los diplomáticos, quienes acompañarán a los refugiados para recoger los documentos necesarios para viajar al exterior. Los refugiados volverán entonces a las embajadas para esperar allí la concesión de visados correspondiente.
El anuncio del Gobierno provocó júbilo entre las personas que se encuentran refugiadas en las sedes diplomaticas, informó la agencia austríaca APA. Por la tarde, según la misma fuentes, se había registrado una manifestación de cientos de personas contra el Gobierno. Las fuerzas de seguridad no intervinieron.
Al comienzo de la jornada, las autoridades albanesas habían culpado a las embajadas extranjeras y a la Prensa internacional de la situación de crisis de los refugiados en Tirana. La presidencia de la Asamblea Popular albanesa emitió un decreto que garantiza el derecho a conseguir pasaportes a todos los ciudadanos y proclamó que ninguna medida punitiva sería utilizada en contra de los refugiados. La situación se está volviendo grave en las sedes diplomáticas por la falta de alimentos y medicamentos.
La agencia oficial albanesa (ATA) afirmó, conforme declaró en la noche del viernes el presidente, Ramiz Alia, que se quería crear la situación de tensión entre los dirigentes y las masas, por una parte, y dañar la imagen internacional de Albania, por otra con el intento de convertir los jardines de las sedes diplomáticas en Tirana en campos de refugiados. En esta afirmación las autoridades albanesas apoyan su negativa a permitir la llegada de los aviones con material sanitario provenientes de países occidentales y a permitir la entrada de la ayuda de la Cruz Roja.
La reunión del partido
El Comité Central del Partido del Trabajo Albanés se mantuvo reunido dos días, supuestamente en una sesión ordinaria donde se discuten los cambios en la educación. En su discurso inaugural, Alia se refirió a los refugiados como personas antipatrióticas y deshonestas. E intentó, al igual que lo hiciera Enver Hoxha durante más de 40 años, justificar la miseria material que padece la población con "los logros comunistas en la defensa de la patria y su independencia"."Puede ser que seamos pobres, indudablemente tenemos dificultades, y escasez, pero los extranjeros nunca han resuelto nuestros problemas", dijo Alia. Fue justamente la política de líberalización paulatina iniciada por el presidente la que permitió que la gente viera los programas de televisión extranjera. y empezara a compararse con lo que veía en la pantalla.
La situación creada por la crisis actual parece quitar el miedo de la gente y alentarla a huir legamente a través de las fronteras. Cuatro personas lograron salir ilegalmente de Albania recientemente; dos entraron en Grecia, mientras que los pescadores montenegrinos encontraron dos albaneses cerca de la costa adriática yugoslava, en un barco con el motor averiado.
El decreto emitido ayer por el Gobierno albanés revela que la cúpula política intenta, por una parte, balancear su decisión para que los dogmáticos del Gabinete no puedan achacar a Alia, considerado por los albaneses y algunos diplomáticos occidentales como reformista, el haberse doblegado frente a la presión extranjera.
Por otra parte, el decreto podría tener un efecto pacificador sobre otros albaneses, quienes, alentados por la valentía y el éxito de sus compatriotas, podrían unírseles, pues, oficialmente el Gobierno les garantiza el derecho a tener un pasaporte.
Sin embargo, es muy duduso que la gente refugiada en las embajadas vaya a abandonarlas sin tener el pasaporte en la mano junto con el billete de viaje. Si los refugiados abandonaran las embajadas e intentaran salir de Albania por la vía legal esto representaría una victoria para Alia. Podría mostrar a la comunidad internacional y a la población albanesa su determinación de seguir adelantes con los cambios en el país.
Más información en las páginas 1 a 3 de Domingo
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