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Italia 90

Tregua parcial en el juicio a Vicini

Alex Martínez Roig

La prensa italiana ha decretado una tregua parcial tras la derrota sufrida por su selección ante la de Argentina. Azeglio Vicini, el técnico, el delantero Vialli y, en menor medida, el portero Zenga están en el centro de un huracán controlado, pero, que puede desbocarse si Italia no vence mañana a Inglaterra en el partido por el tercer puesto. Los diarios deportivos, que venden millones de ejemplares, son de los más feroces del mundo y capaces de crear y destrozar un mito con 24 horas de diferencia. Pero la expectación era tan enorme que la eliminación, en la caprichosa tanda de penaltis, ha originado un sentimiento de incredulidad que ha frenado su moral de combate.

Vicini está a punto de convertirse en el mártir del Mundial. Se lo juega todo en la final B. El presidente de la federación italiana, Antonio Matarrese, se lo ha recordado claramente: "Italia está obligada a terminar en el tercer lugar". Las críticas, mucho menos sangrantes de lo que un descalabro de este tipo suele llevar consigo, se centran en las sustituciones realizadas ante Argentina. Vicini cambió a Vialli y Giannini por Baggio y Serena. Los periódicos recriminan al seleccionador su reiterada confianza en Vialli cuando no había funcionado en los primeros partidos; su renuncia a la pareja Schillaci-Baggio, que dio un buen rendimiento; su tozudez en mantener una línea de cinco defensas, entregando el dominio del campo en la última hora del partido a Argentina, y, finalmente, su desprecio hacia los veteranos Ancelotti y Vierchowood, a los que consideran capaces de afrontar con garantías de éxito una situación tan dificil.Vicini se ha defendido con sensatez. "Volvería a hacer lo mismo", dijo; "el problema fue que Schillaci y Ferri se lesionaron inmediatamente después de agotar los relevos, lo que originó que no pudiésemos aprovechar nuestra ventaja numérica. Además, Schillaci y Ferri estaban entre los lanzadores de los penaltis". Arrigo Sacchi, el entrenador del Milan, criticó a Vicini por elegir a Donadoni, uno de sus jugadores, para la tanda de máximos castigos. "Donadoni nunca tira un penalti en el Milan", recordó Sacchi; "no entiendo cómo se le puede entregar una responsabilidad tan enorme a un jugador que no es un especialista". Donadoni y Serena fueron precisamente los que fallaron en los tiros.

Tanto a Vicini como a Zenga se les ha reiterado que también perdieron ante España la final de la Eurocopa sub 21 de 1986 en la tanda de penaltis. Como el martes ante Argentina, Zenga no detuvo ni uno solo de los lanzados por Roberto, Eusebio y Ramón. Las estadísticas aparecen por todas partes. Por ejemplo, Zenga no ha parado ni uno solo de los tres penaltis que le han lanzado esta temporada defendiendo la portería del Inter y los equipos italianos han ganado en la tanda fatídica únicamente una vez de cada diez en los últimos diez años de competiciones europeas.

El caso de Vialli es muy diferente. A Zenga, que ha batido el récord de imbatibilidad en un Mundial, no se le puede atacar a fondo. Con Vialli, la gran estrella de la selección antes del torneo, no hay tantas prevenciones. A Vialli se le acusa de no haber asumido la responsabilidad que le había entregado Vicini. El se defiende contraatacando: "El entrenador es el que da las órdenes. Cuando yo salgo al campo, no pienso; hago tan sólo aquello que me piden que haga".

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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