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El Tribunal de París condena a 10 años a Santi Potros, la pena más dura contra un etarra en Francia

Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, acogió ayer con una abierta sonrisa la noticia de que el Tribunal Correccional de París le condenaba a 10 años de prisión por los delitos de asociación de mal hechores y tenencia ¡lícita de armas, la pena más severa jamás pronunciada en Francia contra un miembro de ETA. La abogada de etarra, Christianne Fando, explicó así a los informadores la razón de la satisfacción de Santi Potros: "Las autoridades francesas no podrán entregarle a las españolas hasta que haya cumplido su condena en una cárcel gala".

La condena de Santi Potros retrasa al menos hasta 1994 su posible extradición a España, motivo de un largo y complejo proceso aún no resuelto por la Justicia francesa. El etarra, detenido por la policía gala en la localidad de Anglet, en septiembre de 1987, ha pasado ya casi tres años en la prisión de Fresnes. Según las previsiones de Christianne Fando, Santi Potros cumplirá unos dos tercios de la pena que le fue notificada ayer, lo que significa que aún le quedan por delante otros cuatro de reclusión en Francia."Estamos muy contentos de que a Santi Potros le hayan caído 10 años, porque así el Gobierno francés no podrá entregarle a España durante un buen tiempo" afirmó Fando al término de la sesión en la que el juez Jean-Louis Meziere leyó la sentencia contra el etarra. La abogada afirmó que no piensa recurrir una decisión que conviene a su defendido.

Seguir en Francia

El pasado 11 de junio, en la vista oral del juicio por los delitos cometidos por Santi Potros en suelo francés, el acusado leyó en euskera un documento en el que confesó su pertenencia a ETA. Este comportamiento es por completo inhabitual en los presuntos miembros de esta organización capturados en Francia, que sólo reconocen ser "combatientes de la causa vasca". La actitud de Santi Potros se explica por su deseo de prolongar al máximo su estancia en Francia, aunque sea entre rejas.

El matrimonio francés Guimon, en cuya casa se escondía el etarra en el momento de su detención, fue condenado por el Tribunal Correccional de París a 3 años de prisión por cabeza, con 2 años de suspensión de pena. En el chalé en Anglet de los Guimon, la policía francesa encontró también abundante documentación interna de ETA, armas, explosivos y material para interceptar las comunicaciones de las fuerzas de seguridad galas. Y es que hasta septiembre de 1987, Santi Potros era el principal responsable del aparato militar de ETA.

Santi Potros no estuvo solo ayer en el banquillo de los acusados del Tribunal Correccional de París. Rodeados por una nube de gendarmes en uniformes negros, cinco presuntos etarras escucharon también la sentencia de otro juicio, el celebrado el pasado mayo en el mismo tribunal, con Iñaki Picabea como principal acusado (ver EL PAÍS del 15 de mayo de 1990).

Picabea -ex parlamentario autónomo vasco fugado de la cárcel de Martutene en julio de 1985 en los altavoces del cantautor Imanol- fue condenado a seis años de prisión por asociación de malhechores en suelo francés. La extradicción de Picabea, aprobada ya por la justicia francesa, se verá retrasada por este motivo. La misma condena, 6 años, recayó sobre Imanol Chavarri Lopalegui.

Un tercer acusado, Carmelo García Merchán, fue absuelto por el tribunal parisiense, lo que significa que podrá materializarse su extradición a España, ya aprobada por la justicia francesa. Penas de 30 meses de prisión recayeron sobre Mariano González Bertolaza y Jose Antonio Urdiain Cirizar. Jesús Echevarri Elordi y Jorge Gabrial Arrizabalaga, que habían aprovechado la libertad provisional para desaparecer meses atrás, fueron condenados en rebeldía a 3 años y 1 año de prisión respectivamente.

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