Imelda Marcos y Kashogui, absueltos de fraude por un jurado de Nueva York
Un jurado de cinco hombres y siete mujeres absolvió ayer a Imelda Marcos, viuda del ex presidente. filipino Ferdinand Marcos, de los delitos de corrupción y fraude de los que estaba acusada por un fiscal federal y que, caso de haber sido encontrada culpable, le podían haber costado un total de 50 años de prisión. En el mismo veredicto, el jurado encontró inocente al financiero saudí Adnan Kashogui, acusado de iguales delitos.
La decisión del jurado supone un duro golpe a la pretensión del Gobierno norteamericano de conseguir la condena de la Mariposa de Hierro, apelativo con el que los enemigos de Imelda se refieren a la viuda del ex dictador filipino, en un intento de congraciarse con la actual presidenta de Filipinas, Corazón Aquino.Imelda, que cumplió ayer 61 años, rompió en sollozos tan pronto como el jurado anunció su decisión. La ex primera dama se presentó en el tribunal para escuchar el veredicto totalmente vestida de negro, un color que la acompaña desde la muerte de su marido el pasado año. Por su parte, Kashogui, se limitó a sonreír y a proclamar su inocencia repetida a lo largo de todo el juicio.
El ministerio público pretendió demostrar a lo largo de todo el larguísimo proceso, que se inició con la selección del jurado el pasado marzo, que Imelda había conspirado con su marido para transferir 200 millones de dólares del Estado filipino a sus cuentas privadas en el extranjero con destino a la compra de propiedades y obras de arte en Estados Unidos.
Por su parte, el jefe de su equipo de abogados defensores, Gerry Spence, que se presentó siempre en el juicio tocado con un gigantesco sombrero de cowboy, presentó a Imelda como "una mujer ejemplar, cuyo único delito era haber amado a su marido durante 35 años". Spence admitió que su cliente era "una compradora de categoría mundial, pero también un ser humano de la misma categoría".
La acusación concentró sus esfuerzos en demostrar que el dinero con el que los Marcos habían comprado cuatro edificios neoyorquinos era dinero robado. En todas las transacciones, Khasogui apareció como intermediario.
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