Un testigo afirma que una hija suya fue sometida a abusos sexuales por miembros de Ceis

El ex marido de una adepta a la secta Ceis afirmó ayer, en la sexta sesión del juicio contra los máximos responsables de la organización, que una hija suya fue sometida a abusos sexuales por miembros de Ceis. Varios seguidores de Vicente Lapiedra, líder de la secta, negaron la existencia de Ceis y afirmaron que había sido una invención de la prensa. "Eramos un grupo de amigos", dijo una adepta.

La declaración hecha ante el tribunal por otro ex marido de una adepta a Ceis coincide con otros testimonios anteriores, en el sentido de que la introducción de sus parejas en la organización de Vicente Lapiedra provocó la ruptura del matrimonio. Un ex marido declaró a puerta cerrada que su hija mayor, que entonces tenía 15 años, fue sometida a prácticas sexuales por miembros de Ceis.La hija, al igual que otras dos hermanas menores, convivieron durante un tiempo en una de las viviendas de la secta con su madre, seguidora de Vicente Lapiedra. El padre tiene actualmente la custodia de las hijas menores.

Los procesados están acusados de instrusismo, corrupción de menores e inducción a la prostitución. Esta última acusación centró gran parte de las declaraciones de los testigos en la sesión de ayer. Así, la ex novia de uno de los adeptos relató al tribunal que acudió a algunas reuniones de Ceis y que en una ocasión Manuel David Gómez Gamero, uno de los procesados, le insinuó que la práctica de la prostitución era algo normal.

"Hay gente que utiliza sus manos para levantar edificios y otros pueden usar su cuerpo también para ganar dinero", contó la testigo refiriéndose a la conversación con el procesado. La testigo comentó que, para su novio, Vicente Lapiedra era Dios. "Una vez le dije que si era Dios por qué le tenía que darle dinero y me dijo que lo hacía para procurar su felicidad en la tierra".

Añadió que la actitud y comportamiento de su novio cambiaron al entrar en la organización, extremo en el que han coincidido las declaraciones de familiares de otros adeptos a Ceis.

Ceremonias de bautismo

Frente a las declaraciones de familiares, varios de los seguidores de Lapiedra, que viven actualmente en Valencia al trasladar allí su domicilio el líder de Ceis, negaron la existencia de la secta. Sólo una de las adeptas reconoció haber visto el rótulo de Ceis en uno de los pisos. Todos los adeptos que testificaron ayer mantenían un discurso calcado, incluso en la forma de hablar. Acudieron a los locales de Ceis para conocer su suerte por medio de las cartas, se hicieron amigos y decidieron convivir juntos.Las acusaciones sostienen que en las reuniones de Ceis los guías y el líder hacían ceremonias pseudoreligiosas, como bautizos. Hasta ahora, los seguidores de Lapiedra y los propios procesados lo han negado, pese a la existencia de grabaciones. Sin embargo, una de las adeptas manifestó ayer, al declarar a puerta cerrada, que sus compañeros de piso le habían comentado algo sobre los bautizos y que incluso llego a ver las transcripciones de alguno de los rituales.

Los seguidores de Lapiedra negaron el ejercicio de la prostitución y la entrega de dinero a Lapiedra y a los guías. Sólo una de las adeptas reconoció que había ejercido la prostitución, pero antes de entrar en contacto con la organización.