¡Qué verguenza!

Realmente siento vergüenza ajena después de enterarme de la última ocurrencia del presidente argentino de nombrar a Maradona embajador del deporte.No sé si el señor Menem tiene cononmiento que su pueblo se hunde y se está muriendo de hambre, que los argentinos no aguantan más sus brillantes ideas estadísticas y sus arranques de cólera cuando se le nombra a su esposa y sus desavenencias matrimomales ocurridas en la Casa Rosada.

En lugar de salir siempre en la foto debería preocuparse de su maltrecho país e intentar sacar adelante a sus compatriotas.

Siento vergüenza porque he nacido en Argentina; aunque nacionilizada española, me intereso por la marcha de mi país en este Gobierno peronista, que a lo único a lo que se está dedicando es a malgastar el dinero que tanto necesita el pueblo argentino.

Supongo, y no me equivoco, que el presidente Menem podrá ver a su recientemente nombrado erabajador del deporte en este Mundial de fútbol desde un confórtable sillón de la casa de Gobienio, pero no piensa en los miles de argentinos que no poseen un televisor y no podrán ver a la actual campeona del mundo, su querida Argentina, en el terreno de juego.

Presidente, es usted todo un deportista, pero le falta ser un buen estadista, un buen defensor de su tierra.-