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Tribuna:ITALIA 90
Tribuna
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Del miedo al riesgo

El Mundial de verdad empieza ahora. La primera fase es, ante todo, una evaluación de la que los alumnos conocen varias preguntas del cuestionarlo. Lo trascendental estriba más en saber quien se ha quedado en el camino que, aún siendo importante, en conocer el próximo rival. Lo nefasto es no clasificarse, porque, una vez en el bombo, no hay nadie que se rinda a un sólo partido. Traspasar esta barrera comporta un cambio de mentalidad brutal. Es pasar del miedo a perder a la necesidad de ganar.El partido inaugural fue decisivo en la alteración del orden natural. Camerún le pudo a la campeona Argentina y comenzaron a sacudirse los cimientos del fútbol mundial. El miedo a perder ante cualquiera se extendió por toda Italia. Los técnicos apostaron mayoritariamente por una reorganización táctica en la que primaba más el no perder que el ganar, en la que los defensas igualaban en número a la suma de medios y delanteros, donde era más rentable disponer de dos laterales que se sumaran a la presión de la línea de medios que de dos extremos que quebraran la cintura de dos zagueros.

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Mi once ideal

Un equipo se puede defender siempre que no deje de lado la posibilidad de ganar. Y eso no ocurrió demasiado. Hubo demasiado miedo y poco espectáculo. Hubo, eso sí, aportaciones interesantes. Me quedo, por ejemplo, con el potencial físico exhibido por una Alemania que dispone, además, de jugadores con talento. Me gustó el equilibrio existente entre la defensa y el medio campo italiano, una selección con solvencia suficiente para amarrar y, al mismo tiempo, generar reiteradas ocasiones de gol, aunque le cuesta concretar su tremendo esfuerzo. Y, sobretodo, retengo en mi memoria a la Colombia de Francisco Maturana.

Colombia ha sido la única selección que me ha hecho saltar de mi butaca para aplaudir un gol. El partido memorable que realizó frente a Alemania se merecía cualquier premio. El mérito de este equipo ha radicado en su capacidad para variar su reorganización táctica y ritmo de juego en función del rival sin renunciar nunca al espectáculo. Esta escuadra desprende olor a fútbol, desde el portero Higuita hasta el último de la fila del banquillo. Es un equipo artístico.

El secreto de este equipo que siempre se agrupa en torno al esférico está en la clarividencia futbolística de su técnico. La capacidad de Francisco Maturana es tal que incluso el propio Arrigo Sacchi, el técnico del mismísimo Milán, procura asistir con regularidad hasta a los entrenamientos de Colombia.

El nuevo Brasil

Hay quien incluso ha visto en Colombia la imagen del Brasil de los anteriores Mundiales. Sebastiao Lazaroni, consciente quizá de que el buen fútbol no es garantía de títulos, se ha plegado a la corriente mayoritaria. Hoy es un equipo mezquino en relación a lo que nos tenía acostumbrados cuando ganaba porque jugaba mejor que cualquier rival. El Brasil 90 se ha apartado de la mayoría de los conceptos futbolísticos que antaño le llevaron a ganar tres Mundiales para ampararse en una tremenda solvencia defensiva. No es lo mismo atacar con dos laterales que con dos extremos. Y de ahí que sea un equipo al que le cuesta tanto marcar un gol como que se lo metan a él.El rostro de la decepción, sin embargo, es el de Holanda. Ese es un equipo al que se ha visto desmotivado y cuando no existe la motivación no se puede jugar bien ni teniendo a los mejores jugadores del mundo. Tampoco Inglaterra ha mostrado otra novedad que no sea su capacidad de trabajo. No recuerdo, por ejemplo, que un jugador del talento de Barnes haya forzado más de un par de remates a gol. Trabaja como todos, para un bloque que incluso se permitió el lujo de incorporar frente a Holanda a un tercer defensa escoba-libre (Wright) junto a los dos centra les. La aportación de la campeona Argentina ha sido también es casa. Parece recuperarse, partido a partido, sin llegar a mostrar se como un grupo consistente De ella puede esperarse cualquier cosa. Le basta con Diego Armando Maradona.

Loable es, por otra parte, la sapiencia de Checoslovaquia para saber pararse en el campo con un grupo de jugadores chispeantes, rápidos, agresivos y bien dotados técnicamente. Es un equipo solvente, bien armado, como puede serlo Bélgica cuan do cuenta con todos sus titulares Yugoslavia representa la peligrosidad. Nunca te puedes fiar de ese equipo, porque parece capaz de lo mejor y de lo peor. Uruguay dispone también de un juego ofensivo mejor del que se le supone por su marcha en este campeonato. La fuerza de Costa Rica parte de la categoría de su portero y su facilidad para trenzar un fútbol trabajado y alegre al mismo tiempo en el que impera el buen trato al balón. Nadie le ha regalado nada.Por lo demás, en la mente de todos queda la sapiencia de Hagi (Rumania); la facilidad de Irlanda para no dejar jugar al rival; y el derroche de energías de Egipto, que incluso ha llegado a plasmar en la cancha un buen nivel futbolístico.

Este artículo ha sido reelaborado periodísticamente por Ramón Besa.

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