La despedida de Pepote

El todavía presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, nunca fue como anoche tan jaleado por los máximos dirigentes de su partido, responsables únicos de que tenga que abandonar ese cargo y sea sustituido por Manuel Chaves. En un último servicio al PSOE, Rodríguez de la Borbolla participó en el mitin final de la campaña socialista para apoyar a Manuel Chaves.El presidente de la Junta contuvo durante su intervención con desigual fortuna la emoción que le producía el escenario de miles de personas coreando su nombre. A modo de testamento político, Rodríguez de la Borbolla hizo un recordatorio de lo que han sido sus años al frente de la comunidad andaluza. "Podemos seguir avanzando todos unidos en torno al proyecto que representa el partido socialista, en torno a Manolo Chaves, presidente de la, Junta y en torno a Felipe. Felipe y Manolo y todos los socialistas juntos", gritó con la voz un tanto quebrada. A pesar de su tono y sus palabras, Rodríguez de la Borbolla se esforzaba en hacer creer que estas palabras eran "alegres". "Estoy alegre de estar aquí, alegre de ser socialista, de trabajar por el socialismo y alegre más que nunca de ser vuestro".

Para avalar sus palabras de estrecha unión, Manuel Chaves se fundió con Rodríguez de la Borbolla en un fuerte abrazo e insistió en la misma línea argumental de su antecesor. "La gestión de Pepote y la que yo pueda realizar forman parte del mismo proyecto de transformación de Andalucía".

Aire de camaradería

El colofón a tanta fraternidad lo puso Alfonso Guerra. "Aquí están fundidos en un abrazo Pepote y Manolo, estamos abrazados los socialistas, qué lección para los otros, que viven en la intriga", proclamaba Guerra.

En un tono mucho más tranquilo pero también con el mismo aire de camaradería, Felipe González intentó desvanecer todos los comentarios de esta campaña en la que se ha presupuesto que Rodríguez de la Borbolla saldrá de la Junta en contra de su voluntad.

Según González, para muchos será difícil comprender "que Pepote y Manolo sigan siendo amigos", y esta incredulidad la atribuyó Felipe González a que "todavía hay gente que no se cree que la política para los socialistas es la expresión de las ideas y no de intereses personales". "Yo le digo a Pepe, a mi amigo: Pepe, gracias porque has sido honrado y eficaz, gracias por tu capacidad de trabajo y gracias porque vamos a seguir contando contigo", le anunció Felipe González.