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Ofensiva serbia para reducir la autonomía de Kosovo

Serbia prepara la ofensiva legislativa para reducir la autonomía política de su conflictiva provincia de Kosovo, dejándole tan sólo la autonomía cultural. Una nueva ley se somete a aprobación el 26 de junio, con el objetivo de aumentar las competencias del Gobierno serbio en Kosovo, que tendría libertad para anular las decisiones políticas locales que se opongan a las de la República madre.

Serbia, la república yugoslava más grande, prepara una nueva Constitución, cuyo objetivo es eliminar todas las instituciones políticas autónomas en Kosovo, ya que una vez celebradas las elecciones libres, el partido comunista, gobernante, perdería frente a los partidos de oposición albaneses."Kosovo debería acostumbrarse a que no es un Estado... y cuanto antes pierda esta ilusión [de crear un Estado, es decir, la república] será mejor para la provincia, para Serbia y para Yugoslavia", explica Alexander PrIja, el portavoz oficial del Gobierno serbio.

Por otra parte, los albaneses, que constituyen la mayoría absoluta de la población de Kosovo, ya no se conforman con el estatuto de la minoría étnica, sino que aspiran a convertirse en un pueblo constitutivo de Yugoslavia y reclaman el derecho a tener su propia república.

Aglutinada su lucha política por medio de las huelgas generales, protestas y manifestaciones masivas, con el saldo de decenas de muertos, los albaneses optaron por otra estrategia: crearon instituciones políticas paralelas, capaces de obstaculizar cualquier iniciativa serbia.

El sindicato oficial de Kosovo perdió 86.000 miembros, a la vez que el sindicato independiente albanés prepara su congreso constitutivo para el 23 de junio. El partido comunista pierde diariamente a muchos de sus miembros: en sólo dos meses 5.000 comunistas albaneses abandonaron el partido en Pristina (capital de Kosovo). Y en las grandes empresas coexisten dos direcciones: una serbia y otra albanesa.

Los serbios acuden a sus médicos y los albaneses a los suyos. Los profesores de enseñanza media serbios han creado su propia organización gremial y exigieron la separación física de sus alumnos, desde las guarderías hasta la universidad, de los albaneses.

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El apartheid existe de hecho: un serbio no entra en un café albanés, y viceversa. Para mantener la economía, colapsada, Serbia subvenciona a Kosovo con un millón de dólares diarios.

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