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'Locura' colectiva en Camerún tras la clasificación del equipo

Una locura colectiva se apoderó el jueves de todos los cameruneses cuando el silbato final del árbitro que puso fin al partido contra Rumania certificó la victoria de los leones indomables y les aseguró el paso a los octavos de final del Mundial. Las calles de Yaundé, Duala, Garúa y de todas las demás ciudades, localidades y aldeas camerunesas se convirtieron entonces en un hormiguero con millares de personas cantando, bailando y bebiendo kutucú (licor de palma) para celebrar el triunfo de Camerún sobre Rumania.

Momentos antes de que empezara el partido, las calles de Yaundé, al igual que las del resto de Camerún y de otros muchos países de África negra (hay que tener presente que todos los africanos sienten a Camerún como su representante de Italia 90) se quedaron vacías.Tras el éxito, la ciudad fue presa de la locura. Miles de personas se lanzaron a la calle a pie o en automóvil para recorrer la ciudad a golpe de cacerolas y gritando "¡Victoria!", mientras los acordes del himno nacional sonaban desde los lugares más inverosímiles.

A primeras horas de la noche Yaundé recobró la calma y la fiesta se trasladó a los bares locales, donde muchos cameruneses celebraron con licor de palma el triunfo de sus compatriotas.

Ayer por la mañana, tras la euforia, los cameruneses se permitieron ya soñar con la esperanza de otro posible éxito, aunque ya lo hayan cpnseguido.

Todos los diarios, tras elogiar el gran juego del equipo camerunés, han subrayado que "aún queda mucho por hacer".

Ya nadie piensa en Camerún que la victoria contra Argentina fue una casualidad y que el equipo africano debía conformarse con quedar a la cola de su grupo.

Héroes

La victoria tuvo también sus héroes para los cameruneses en Milla, en su entrenador, el soviético Nepomniachy, quien deberá dirigir a su equipo ahora contra sus propios compatriotas, y en el guardameta Nkono.

La posibilidad de quedar campeones de grupo se siente cercana, pero también se sueña ya con llegar a los cuartos de final y quién sabe si a las semifinales o, tal vez... Pero ya nada podrá ensombrecer los triunfos obtenidos hasta ahora, y los leones indomables volverán a su casa, a África, envueltos en gloria.

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