Vigilantes del Metro dan una paliza a un joven por fumar en un vagón

Gregorio García Romero, de 28 años, presentó denuncia ante el juzgado de Guardia el pasado fin de semana por las agresiones que sufrió por parte de varios miembros del servicio de seguridad del Metro, dependientes de la empresa Candi. Según García, un grupo de vigilantes le propinó una tanda de puñetazos, patadas y golpes después de pedirle que tirara el cigarrillo que estaba fumando en un vagón. "Además", afirma el denunciante, "los guardas me exigieron que les diera mi cartera, y cuando la devolvieron me faltaban dos billetes de 5.000 pesetas que acababa de cobrar".

Según García Romero, empleado en unos grandes almacenes, los hechos ocurrieron en la madrugada del sábado en la estación de metro de Plaza de España. "Acababa de dejar a mi novia en su casa y cogí el metro en Batán con un cigarrillo encendido; como había sólo dos personas en el vagón pensé que no les molestaría el humo", dice el denunciante."Al llegar a Plaza de España", continúa García, "se subieron dos vigilantes y me exigieron con malos modos que tirara el pitillo, cosa que hice inmediatamente. Luego, me pidieron el billete y les mostré mi abono de transporte. Aun así, me ordenaron que bajara del tren. Yo me negué porque tenía derecho a seguir mi viaje. Uno de ellos me dio un puñetazo en la mandíbula que me rompió el labio y me arrancó una muela."

"Les dije que si estaban locos, pero me sacaron a rastras, me subieron a golpes y, al llegar arriba, se unieron otros vigilantes, y empezaron a darme golpes, dos patadas en los riñones y me echaron de la estación". Según el relato del agredido, los vigilantes le sustrajeron de la billetera diez mil pesetas que llevaba.

La dirección de Candi no contestó ayer las llamadas de este periódico para solicitar su versión de lo sucedido.'